Una libreta, la memoria de Román para los seis toros de Fallas

El torero de Benimaclet ha apuntado en un cuaderno todo lo que tuviera que ver con su encerrona en la plaza de toros de València: "El toreo no deja de ser una materia que se estudia"

"Es una tarde para mí, un regalo que me ha dado la profesión, la vida, Dios…", señala el espada 

La libreta de Román Collado, el diario personal del 10 M.

La libreta de Román Collado, el diario personal del 10 M. / Cedida por Román

Jaime Roch

Jaime Roch

La famosa Goyesca del 96 de Joselito, la encerrona de Sebastián Castella en Nimes con toros de Adolfo Martín, la tarde titánica de Miguel Ángel Perera en la Feria de Otoño de Madrid en 2008, la de El Juli en Madrid en 2003 o su épica en Bilbao en el 2009. Son tardes de encerronas que Román ha «estudiado» después de tomar la decisión el pasado mes de noviembre de lidiar seis toros en solitario en la Feria de Fallas. «El toreo no deja de ser una materia que se estudia y lo que trato de hacer es empaparme de otros compañeros y, sobre todo, de ver cómo superan las adversidades que surgen en una corrida de toros de este tipo, que muchas veces es hasta más importante que los derechazos y los naturales que se puedan ofrecer en cada toro».

Para ello, el torero de Benimaclet se compró una libreta en la que ha ido anotando a lo largo de este tiempo todo lo que tuviera que ver con la tarde del 10 de marzo: «Tengo una libreta que llevo siempre conmigo en la que apunto suertes que descubro para luego hacerlas cuando toreo de salón. Es como una especie de diario personal, que nunca había tenido, en el que también hay descritos algunos inicios de faena o algunos quites para la tarde de mi encerrona en València e incluso algunos nombres de banderilleros y picadores». Esa libreta es, ahora mismo, la memoria de un esfuerzo que hoy tendrá recompensa en la plaza de toros de València.

El día clave

Román se enfrenta a la tarde de su vida en la Feria de Fallas: seis toros en solitario para celebrar su décimo aniversario de alternativa. Es, como dice el dicho, el día ‘D’ y la hora ‘H’ para el torero valenciano.

Pero, frente semejante reto, su vida no ha cambiado. No se le ha hecho una bola de cemento en el centro del estómago. De hecho, su particular temporada ya ha arrancado: el pasado domingo 3 de marzo triunfó en un festejo mixto en Pesaguero (Cantabria).

Pero, en su vida todo sigue igual. En su piso de Madrid ha rumiado sus ilusiones y sus miedos cuando la vida de cualquier otro mortal temblaría frente a semejante gesta. Y gesto. Pero el matador de toros y coach Javier Portal ha contribuido a preparar su mente de cara al día de hoy. Eso sí: tiene claro que «será una tarde inolvidable para todos».

A las 17 horas de hoy, cuando se abra el portón de cuadrillas del coso de la calle Xàtiva, el diestro valenciano hará el paseíllo a cuestas de su destino en lo que supone la primera corrida de toros del serial josefino.

El diestro valenciano se encerrará él solo frente a toros de Victorino Martín, Domingo Hernández, El Parralejo, Pedraza de Yeltes, Fuente Ymbro y Hermanos García Jiménez (Matilla).

Para la ocasión, Román lucirá un vestido de luces de estreno confeccionado por la sastrería de Antonio Fermín: un azul celeste y azabache inspirado en la figura de Manuel Granero.

Román antes de empezar un tentadero en casa de Victorino Martín.

Román antes de empezar un tentadero en casa de Victorino Martín. / Diego Alcalde

Según el experto en la figura de Granero, el aficionado sevillano Pedro Casado Martín que ayudó al propio Román a la confección del traje, el histórico torero del barrio del Pilar de València lo estrenó a principios de temporada en 1921 (el año que conquistó el trono del toreo que dejó vacío Joselito El Gallo tras su muerte en Talavera de la Reina) y alguno de sus más resonantes éxitos de matador de toros lo obtuvo en tardes en las que usó este vestido de torear: «El traje en cuestión se convirtió en el preferido del torero, como así lo hace constar en algunas cartas dirigidas a su tío (y representante) Paco Juliá y, junto a la muleta que lo acompañó en su época de novillero y que había pertenecido previamente a Ricardo Torres «Bombita», fue uno de los objetos fetiches para el torero, una especie de talismán de la suerte», señala.

Pedro Casado Martín también indica que este traje azul celeste y azabache quedó «inmortalizado en las pinturas más famosas dedicadas a Granero, como, por ejemplo, la de Carlos Ruano Llopis que lo representa ejecutando el pase de su invención. La luminosidad cromática de la obra, en la que toma protagonismo el celeste del traje, nos recuerda a los risueños cielos sin nubes de un mayo primaveral. También lo retrató con este traje Genaro Palau en 1921 en una triunfal vuelta al ruedo en València».

"La tarde es un regalo"

«Creo que es una tarde para mí, un regalo que me ha dado la profesión, la vida, Dios… Es la primera vez que lo voy a hacer en mi vida y la primera vez que se hace en la Feria de Fallas», señala el propio torero de Benimaclet.

También detalla que «la tarde en sí no me pesa nada, siento una motivación tan fuerte hacia este día que no siento ninguna carga. Quiero decir, voy a celebrar mis diez años de alternativa en mi plaza, con mi gente y he recibido un cariño enorme desde que se presentó la corrida».

Se enfrenta al día con una seguridad pasmosa. Y todo porque ahora también ahonda, explora en ese subterráneo particular de la mente junto al matador de toros y también coach Javier Portal.

Suerte, torero.

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