Las relaciones entre Bankia, la Fundación del Valencia CF (propietaria del club con el 70,4 por ciento de las acciones) y la Generalitat entraron ayer en un escenario distinto. El banco, máximo acreedor del principal accionista de la entidad de Mestalla, se ha puesto firme en su petición de cobrar los intereses del préstamo con el que la Fundación adquirió el Valencia en 2009, tras aquella forzosa ampliación de capital. El último plazo para pagar los intereses (4,8 millones de euros) vencía ayer y Bankia no va a dar márgenes. Su posición es inflexible.

Tras cobrar sólo 1,2 millones del último vencimiento (una cuarta parte de lo estipulado), ha reclamado a la Fundación y a la Generalitat Valenciana que le paguen los 3,6 millones restantes antes del viernes. Hay una amenaza: si no lo hacen, Bankia estudia reclamar los 81 millones de la totalidad del crédito.

Consciente de que la Fundación no tiene capacidad para generar ingresos, la petición va dirigida al Consell, que fue quien avaló aquel préstamo en 2009. Aquí el asunto se complica. Una sentencia judicial anuló la condición de avalista del gobierno autonómico y es ahora el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) el que tiene la última palabra, después de que Bankia recurriera aquella sentencia. Como ha sido ejecutada provisionalmente, el Consell no es, técnicamente, el garante de la operación.

Bankia piensa lo contrario y, a la espera de la resolución del TSJCV, considera que el gobierno de Fabra continúa siendo el avalista. «Se comprometieron en su día y tienen que seguir respondiendo», aseguraron ayer fuentes del banco que preside José Ignacio Goirigolzarri a Levante-EMV. Si no cobra en las próximas horas los 3,6 millones que faltan de intereses, emprenderá acciones judiciales.

Bankia sostiene, en cualquier caso, que «el dueño del Valencia es y sigue siendo la Fundación VCF» porque, «a día de hoy», el préstamo que concedió Bancaja a este organismo en 2009 «estaba al corriente de pago» (después de la transferencia efectuada por la Generalitat en febrero).

Desde Bankia se pidió ayer un requerimiento de pago tanto a la Fundación como a su avalista y les ha dado de plazo hasta el viernes. Si transcurrido ese tiempo no se han abonado los 4,8 millones de euros, solicitarán las reclamaciones judiciales oportunas y apuntan que incluso podrían llegar a exigir el pago del total del préstamo, que es de 81 millones de euros. El siguiente paso, lógicamente, sería quedarse con la mayoría ccionarial del Valencia en propiedad. Un escenario que comienza a plantearse si no se resuelve el aval del préstamo. El banco adquiría el club de Mestalla y podría subastarlo al mejor postor. El mismo proceso que adoptaría cualquier entidad bancaria ante el impago de la hipoteca de una vivienda. En caso de impago, el banco termina por quedarse el inmueble. Está a la orden del día.

Bankia tiene derecho a vender el club

Sin el aval de la Generalitat en vigor, Bankia se debe a sí misma los 83,8 millones del préstamo de la Fundación. Es la consecuencia de un fallo del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Valencia. El banco podría ejecutar en cualquier momento su derecho a quedarse con las acciones, cuyo valor ha caído en picado desde la ampliación de capital , y después vender el club, una opción que el Valencia no contempla ahora.