No será el Ágora, desde luego, pero eso poco se notará en las imágenes de televisión, donde pocas veces a lo largo del año en el circuito ATP el cámara se entretiene en filmar el techo, salvo que sea tan singular como el que había en Valencia. El Open 250 de tenis tendrá una estructura que, si se le denomina «carpa», tampoco le hace justicia si se piensa en el concepto de carpa fallera. Se trata de una estructura mucho más sólida, con toda la infraestructura necesaria para garantizar la iluminación y la ventilación y la altura suficiente como para que rara vez la pelota llegue al techo. Fuentes de la organización aseguraron que «sobre el terreno, al detalle, el recinto está bastante bien. No es el mismo continente, pero está a la altura de sobra de un gran torneo». Se trata de una construcción efímera, que ya se ha utilizado en otros torneos ATP y del que lo más parecido que se ha visto en Valencia es la modesta pista 1, donde se disputan sobre todo partidos de dobles y de promesas, más algún individual aislado. El cambio de emplazamiento no modifica la superficie de juego ni la existencia de jornadas nocturnas ni el cuadro de jugadores, de 32 en su fase final.

Esta carpa se instalará en el centro de la plaza central, junto al Ágora, desplazando forzosamente los elementos de la feria que acompaña al evento, y que tendrá que ir acomodándose a lo largo del recinto. A un mes de la celebración del evento, esta próxima semana empezará la venta online de las entradas, que hasta ahora estaba paralizada por desconocerse el emplazamiento.

Por otra parte, Roberto Bautista alcanzó ayer las semifinales del Open250 de San Petersburgo y hoy se medirá a Milos Raonic.