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El deporte-milagro

Sin palos para tantos equipos

Los dos únicos campos de rugby de la ciudad son insuficientes para dar cabida a los cinco clubes valencianos en la élite

Sin palos para tantos equipos

España ganó a Italia (10-3) en 1977. A día de hoy, repetir ese resultado es imposible. Las diferencias entre ambos quinces son abismales. Esto se explica por el retroceso deportivo de España debido a la ausencia de campos para la práctica del oval, mientras que Italia, con viento en las velas gracias a su Ley del mecenazgo, este deporte se impulsó hasta entrar en el mítico 6 Naciones.

De esta historia ya hace cuarenta años. Pero todo sigue igual. Pese a las denuncias del Rugby que caen en saco roto. Fue precisamente tras una derrota de España ante Italia (35-3) en 1978, cuando los periódicos reflejaron las primeras informaciones a nivel nacional sobre la escasez de instalaciones y lo inapropiada de las mismas.

València no es una excepción. Pese a contar con cinco equipos en la élite (Abelles, CAU, Tecnidex, Tatami y este año el ascendido Moncada), la ciudad solo dispone de dos campos de Rugby (el río y Quatre Carreres) para albergar a la nutrida población oval que cada año es más numerosa. El rugby es el deporte de moda. Este déficit lo sufren cada día los deportistas, y está en la fase de que ya lo reconoce sin tapujos la clase política. «Necesitamos más campos, el rugby ha crecido mucho», dijo días atrás en este periódico la regidora Maite Girau. Sin embargo, pese a pese a la importante dotación económica que el actual gobierno incrementó hasta 1.300.000 euros, no se avanza.

El aumento y adecuación de instalaciones es algo inabordable por el gasto y la superficie de un campo de rugby, alegan. Pero a día de hoy, incluso los colegios, en los que por lo duro de su cemento se juega a otros deportes, ya hay en marcha una apuesta por el rugby con nuevas modalidades como el touch, sin caídas.

No se sabe si por el espíritu deportivo del propio rugby o por el miedo a perder lo poco que se tiene, pero el grado de denuncia de los afectados es nulo. Pero la situación es kafkiana. El CAU, campeón de España S14 y S16, entrena en un campo sin porterías. Sus chavales no puedan usar los vestuarios y se duchan en casa, las bolsas de deporte se quedan en la calle, por su masificación y falta de espacio. El histórico Tatami, por ejemplo, se partirá el este año en dos y acudirá a Quatre Carreres en busca de un hueco.

Tampoco los campos universitarios son la solución. En Blasco Ibáñez ya no hay ni palos, mientras que en Tarongers juega el Estudiantes, antiguo equipo de la UPV, que entrena en Paterna.

El modelo a seguir es Beteró, que acaba de cumplir 10 años. El Polideportivo cuenta con un centro de tecnificación para el Hockey y se han podido hacer competiciones internacionales, gracias a la apuesta del presidente de la Federación, Jesús Gracia, director de proyectos del Ayuntamiento. Es cierto que las instalaciones son ideales. Pero los rugbiers entienden debe haber igualdad para todos los deportes.

No hay excesivo optimismo en el rugby valenciano. Al igual que ha sucedido en el baloncesto gracias a Juan Roig, impulsor de la Alqueria y del ansiado nuevo Pabellón en la ciudad, se encomiendan a la iniciativa privada.

Mientras, la Federación Valenciana de Rugby, con su presidente José Luis López Pérez a su cabeza, ha duplicado las licencias. València, con 5.000 fichas, ha escalado hasta la tercera posición del ranking por detrás de Madrid y Cataluña, superando a esa «aldea gala» del oval que era Valladolid con sus dos equipos referentes en lo deportivo. El subidón de inscripciones en el rugby valenciano ha sido tanto en categoría masculina como femenina,cuya selección es campeona nacional S18.

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