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Análisis

«Gracias señor Sarri, con sus consejos alargaré mi carrera hasta los 40 años»

El «nuevo» internacional Albiol. Con 33 años recién cumplidos, el valenciano Raúl Albiol regresa a la selección convertido en uno de los mejores zagueros de la Serie A

El regreso de Raúl Albiol a la selección española, con 33 años recién cumplidos y luciendo uno de los brazaletes del equipo, tiene su punto de origen en una conversación veraniega, en 2015, en la ciudad deportiva de Castelvolturno. El jugador de Vilamarxant llamó a la puerta del despacho de su nuevo técnico Maurizio Sarri. Allí, en un habitáculo envuelto del humo de los cigarrillos del entrenador, Albiol quería trasladarle una confesión: «Gracias señor Sarri, con sus consejos alargaré mi carrera hasta los 40 años».

Coincidir con Sarri, Sarri Potter para los napolitanos, fue una bendición para Albiol: «Se venía de un año difícil con Rafa Benítez. El Nápoles había ganado la Copa y la Supercopa italiana, era un equipo de vocación atacante pero demasiado largo, que dejaba grandes espacios. Se quedó quinto y se encajaron 54 goles. Albiol fue uno de los jugadores que quedó señalado, los aficionados decían que él era el problema. Pero se jugaba de una manera que no se adaptaba a sus características, en muchas acciones le tocaba retroceder 30 metros», señala a Levante-EMV Andrea Falco, analista del Nápoles en Radio Marte. Sarri cambió esa percepción equivocada de la tifoseria, transformando la forma de defender del central valenciano: «El equipo pasó a estar más estrecho, más junto, y Sarri también le insistió a Albiol en retocar algunos de sus movimientos y de su manera de ver el fútbol», añade Falco. Albiol accedió a escuchar, a aprender, con una humildad atípica en jugadores que, como él, con los 30 ya cumplidos, había sido campeón del mundo.

Albiol pasó a ser la piedra angular del sistema Sarri, en el llamado por la Gazzetta dello Sport como el «regista arretrato» (director en la retaguardia) que siempre daba inicio a la jugada: «En la última temporada, además, ganó protagonismo como hombre gol. Su cabezazo contra el Génova a 15 minutos de acabar el partido mantuvo vivo el sueño del Scudetto. Tal vez ese sea el momento en el que los tifosi más le hayan amado», resalta Falco para describir la relación del futbolista con una de las hinchadas más pasionales de Italia, que no entiende de matices.

Ese es el «nuevo» internacional Albiol, el defensa al que el Valencia ha tratado de repatriar hasta en tres veranos seguidos. El zaguero que, pese a sus grandes prestaciones en la Serie A, superiores a cuando era seleccionado sin ser indiscutible en el Real Madrid, estaba ausente cuatro años de la selección. «Es nuestro líder», aseguraba su compañero Lorenzo Tonelli, ahora en la Sampdoria. Albiol es quien inicia los cánticos de «Bella Ciao» en el autobús del equipo, el viejo canto partisano que se ha popularizado en toda Europa con la serie «La casa de papel». El futbolista que, a diferencia de varios de sus compañeros de equipo, que viven en los alrededores de la ciudad deportiva, a 40 minutos de la ciudad, la familia Albiol se estableció en el Vomero, una da las colinas más populosas del centro de Nápoles, como otros vecinos más.

El vecino del Vomero

A su edad, Albiol ya no moverá grandes cifras de traspasos, pero no por ello deja de captar la atención de los grandes clubes. Como muestra, una anécdota. La del «scout» del Arsenal que acudió al San Paolo a espiar a Kalidou Koulibaly, el cotizado central franco-senegalés del Nápoles: «A todos los ojeadores nos mandan para ver a Koulibaly, pero quien marca la diferencia en esa defensa es Albiol. Y será gracias a Albiol que Koulibaly llegue a valer más de cien millones», confesó en privado. Luis Enrique no ha dudado y se ha apoyado en ese liderazgo madurado bajo el sol partenopeo en su plan para levantar el prestigio dañado de la selección.

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