Las calles de Fageca acercan a sus gentes. Su estrechez es herencia de un tiempo sin prisas, de un lugar donde se oye el silencio; de un espacio que se funde con la majestuosidad de las sierras y la belleza de los valles. Allí, en ese lugar que se resiste a morir, las pocas gentes que habitan sus casas disfrutaron ayer de la final del Joc de Pilota en la modalidad ancestral que la nombran como Perxa. Las viejas sillas de los viejos que no quieren a abandonar el lugar donde nacieron, y donde reposarán para siempre, ocuparon las esquinas siguiendo las normas sanitarias,- quién les iba a decir a ellos, siempre libres-, para ver una final pero también para recordar sus tiempos juveniles, en aquellos eternos desafíos con paisanos o contra pueblos vecinos.

Y ayer, el propio alcalde, Ismael Vidal, un jugador que llegó a la élite del profesionalismo tras sentir el alma de un club en Meliana, quiso encabezar la formación de Castell de Castells en la que estuvo acompañado por José Luis, Saoro, Álvaro y Sacha. Alguien me dijo no hace mucho que Ismael «Fageca», disfruta de su nueva vida. Y lo demuestra abrazando el Joc de Pilota vivido con el espíritu de generosidad. Otros dejan los trinquetes y quieren olvidarse. Están en su derecho, pero preferimos a los que aportan su experiencia en un club, los que no sienten menosprecio por jugar con aficionados. Ismael ya no es Fageca pero es el alcalde pelotari, hoy campeón de Perxa, la modalidad más antigua del pueblo de sus antepasados. La de Castell de Castells es una formación de lujo que sin embargo sufrió lo suyo ante los jóvenes llegados desde Tibi, capitaneados por Isaac y que son muy dignos sucesores de la formidable formación que encabezaba el legendario y recordado Álvaro de Tibi.

Sólo en la recta final pudo distanciarse el equipo campeón para ganar por 10 a 7 tras dos horas largas de confrontación. Se cierra un gran torneo.