L a sanción de Javi Gracia y el rifirrafe con Eduardo Coudet ha sacado del anonimato a Zigor Aranalde. El segundo entrenador del Valencia era un auténtico desconocido para la afición hasta ahora. Sin embargo, el vasco es una pieza importante del día a día del equipo. Zigor desprende nobleza y pasión por su trabajo. Obsesivo y recto. Es un hombre de valores y se ha ganado el respeto de todos con su forma de ser. Así lo ven en el vestuario: «Es un tipo sencillo, cercano, noble, puro, amante del fútbol de toda la vida y criado bajo la cultura y el respeto del fútbol inglés». Es un hombre de principios, fiel a los suyos y no se deja intimidar. Que se lo pregunten al técnico del Celta.

Zigor, natural de Ibarra (Guipuzcoa), nació en 1973, estudió La Salle Andoain, se enamoró de la obra de Garcilaso de La Vega y estuvo a punto de ser bertsolaritza antes que futbolista como su ídolo Arconada. Al final el balón ganó a los versos y se ganó la vida como lateral izquierdo. Dio sus primeros pasos en el Hernani de Tercera hasta que le llegó la oportunidad del fútbol profesional de la mano del Eibar en 1992 y el Atlético Marbella en 1994. Potente y poderoso físicamente, pronto llamó la atención de los equipos de Primera. Juan Antonio Camacho lo fichó para el Sevilla y llegó a disputar un total de 24 partidos en la temporada 96/97. Su carrera deportiva siguió en segunda en las filas del Albacete y el Logroñés.

Su vida cambió en 2001. En la temporada 00/01 hizo las maletas al fútbol inglés y allí vivió los mejores años de su carrera como jugador del Walsall FC, Sheffield Wednesday y Carlisle United Football Club. Inglaterra fue un flechazo para Zigor. El vasco se enamoró de su fútbol rápido, de su nobleza, de su entorno y el respeto de sus aficionados. «Disfruté más jugando en Inglaterra que en España Allí descubrí el fútbol puro», reconoció a los suyos. En 2008 regresó de Inglaterra y agotó sus últimos años como jugador en el fútbol manchego: primero en el Almansa y después en La Gineta. Allí colgó las botas, pero no dejó el fútbol.

Zigor se formó académicamente a partir de 2010 y volvió a Inglaterra, esta vez, para trabajar con Gustavo Poyet en la secretaría técnica del Brighton. Una temporada y media después emprendió una nueva etapa como segundo de Antonio Gómez en el Albacete. Años después ejerció labores de captación de nuevo en el Brighton (esta vez desde España como coordinador de los ojeadores de Europa) y más tarde en el West Bromwich Albion y el Mallorca. Fue entonces cuando llegó la llamada de Javi Gracia para incorporarse a su cuerpo técnico del Watford por su amplio conocimiento del fútbol inglés. Desde entonces es su mano derecha.