El boxeador ‘amateur’ Héctor González Navarro continuaba anoche en estado «muy grave» en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital General de Castelló tras desplomarse sobre la lona, el pasado viernes, durante un combate en una velada en Castelló. El púgil del Club de Boxeo Moncada sufre una «hemorragia cerebral». Ese fue el diagnóstico que le fue comunicado al médico de la Federación de Boxeo de la Comunitat Valenciana, Fermín Calvete, horas después del ingreso del joven en el hospital, ya bien entrada la madrugada, tal como aseguró ayer a Levante-EMV. Según el propio galeno, una vez las pruebas certificaron la gravedad de la lesión, el joven fue operado para intentar drenar al máximo la parte del cerebro afectada, una intervención habitual en este tipo de lesiones.

Fermín Calvete fue el médico que atendió directamente a Héctor González en la velada de Castelló nada más caer desplomado. Y fue, también, el que le examinó en su día el reconocimiento médico, como hace con la mayoría de federados de la Comunitat Valenciana. «Fue un KO diferente a los que he visto siempre, porque no cayó de golpe. Fue un caso raro. Yo nunca he visto que un boxeador caiga lentamente, como fue el caso», explica el galeno, que lleva más de 20 años examinando a los púgiles de la Feración de Boxeo de la Comunitat Valenciana (FBCV). Un hecho que contrasta con las opiniones de otras fuentes consultadas por este periódico, que aseguran que este tipo de caídas, con una pérdida progresiva del conocimiento, no son tan infrecuentes.

La lesión del púgil de Godella, una hemorragia cerebral, apunta a ser consecuencia de uno de los impactos recibidos. Sin embargo, nadie descarta que existan otros factores que influyeran, durante el combate, en el desenlace del mismo, como una pérdida de la orientación debido a algún problema neurológico no detectado en ninguna prueba. Pasa en el boxeo y en todos los deportes.

"El púgil del Club Boxeo Moncada fue examinado antes del combate y se encontraba perfectamente"

«En el reconocimiento médico no había nada anormal. Yo les pregunto a todos si tienen alguna enfermedad o si toman medicación para algo, aparte de las pruebas a las que les sometemos», explica Calvete. Las pruebas médicas para boxeadores aficionados son, en todo caso, igual de laxas que en la mayoría de federaciones. Otra cosa es el terreno profesional. «A los ‘amateur’ les auscultamos, les tomamos la tensión y comprobamos que su salud es la correcta para competir», explica el galeno, cuya especialidad es la medicina general. Los boxeadores profesionales sí son sometidos a exámenes más exhaustivos, en los que se incluye un TAC cerebral para descartar cualquier tipo de dolencia congénita o adquirida que pueda poner en peligro su vida. Ese TAC elimina la posibilidad, por ejemplo, de que un púgil sufra un aneurisma (protuberancia en una vena o arteria con consecuencias fatales en caso de romperse), una dolencia congénita que muchas veces pasa desapercibida.

VÍDEO | El boxeador Héctor González, en la UCI tras un 'ko' en un combate

VÍDEO | El boxeador Héctor González, en la UCI tras un 'ko' en un combate E.P.M.

Las especulaciones sobre la posibilidad de que Héctor González sufriese algún tipo de trastorno neurológico, como un episodio epiléptico, un aneurisma u otra alteración, son eso, puras especulaciones, según el médico, que asegura que vio en buen estado al púgil y a su rival antes del combate. «Siempre les examino antes de subirse al ring. Les miro los ojos, confirmo que no tengan fiebre y compruebo que su estado general es el correcto. No vi nada raro. Se encontraba perfectamente», explica.

La laxitud de los exámenes médicos para federados no profesionales ha sido causa de polémica en otras disciplinas, como ocurre también en los psicotécnicos para renovar el carné de conducir. En todos estos casos, el especialista que realiza los reconocimientos no tiene acceso al historial médico del paciente, por lo que puede ser ocultada, voluntaria o involuntariamente, algún tipo de dolencia.

Tanto el árbitro, que dio los 10 segundos de seguridad cuando el púgil recibió dos puñetazos en la cara, como el rival, que se separó a tiempo y rápidamente se quitó los guantes para auxiliar a Héctor cuando cayó sobre la lona, actuaron con total corrección.