La bicicleta y la oveja descarriada

 Más de quinientos jugadores participarán en la cuadragésimo novena edición del Trofeo El Corte Inglés de Galotxa, que comenzará el dia 23 de marzo

La cancha de Montserrat acogerá la gran final.

La cancha de Montserrat acogerá la gran final. / Alberto Soldado

Alberto Soldado

Aquella bicicleta era el salvavidas para el naufrago que en medio del océano luchaba desesperado por mantenerse a flote. La bicicleta que recorrió pueblos de la comarca de L’ Horta , de La Hoya de Buñol y la Ribera, rescatando jugadores y equipos y que contó con el aliento de este diario a través de su corresponsal en Picassent, Amadeo Lerma, encargado de publicar resultados, fue el último aliento de un guerrero condenado a morir. El fútbol ya era el dueño de la identidad de los pueblos. No se molestaba a vecinos, y los espacios en prensa, radio y la incipiente televisión dedicaban su tiempo a un deporte extendido por toda España y todo el mundo. En el último rincón de sus páginas podía aparecer el anuncio de la partida del sábado en Pelayo. José Manuel Hernández Perpiñá, en Radio Peninsular, desconexión de Radio Nacional con Valencia, después de dedicar a ensalzar las hazañas de Pesudo, Guillot y Waldo, anunciaba la partida del día siguiente en Pelayo. Así es que el desierto, sin esperanza de oasis era el panorama: muerte y como mucho, exposición museística. No es de extrañar que tras aquel intento nacido de una bicicleta con ruedas pinchadas no sobrepasase la década de los cincuenta.  Se jugaron dos torneos. El ultimo, en 1959. El actual torneo, que el próximo año cumplirá el medio siglo, se inició en 1976. Ya eran otros tiempos con vientos más favorables a los deseos de mantener cultura y tradiciones propias. Hasta hoy.

Así es que el desierto, sin esperanza de oasis era el panorama: muerte y como mucho, exposición museística

Alberto Soldado

Aquel hombre de la bicicleta , a los 102 años, sigue sufriendo por este deporte. Y aporta su idea de recuperación de pueblos. “Ahora hay coches y personal y dineros dedicados a este deporte, que entonces no había ni una peseta. Hay que visitar pueblos, hablar con autoridades, viejos jugadores, gentes que puedan convencerse de que vale la pena recuperar este deporte. No se avanzará nada si esperamos que vengan. Hemos de ir a buscar, puerta a puerta. Y hay medios para hacerlo…”

Y uno recuerda la primera edición del torneo autonómico de raspall, en 1984, organizado desde este diario: a la llamada sin visitas se habían inscrito quince pueblos. Era un fracaso. Recurrimos al viejo sistema de visita puerta a puerta, de recorrer kilómetros con coche y en menos de quince días habíamos duplicado las inscripciones… Sin duda, el procedimiento era eficaz.

Más de quinientos jugadores participarán en la cuadragésimo novena edición del Trofeo El Corte Inglés de Galotxa, que comenzará el dia 23 de marzo con una representación de 42 pueblos repartidos en varias comarcas valencianas. Ahí está la evidencia de la fortaleza de la competición decana de los clubes.

¿Ya no hacen falta bicicletas? Naturalmente que hacen falta. Los “comerciales” no morirán porque la cercanía humana, la sonrisa, la palabra de un enamorado de este deporte, puede enamorar a corazones abiertos a la esperanza. Y aquí, como en la parábola evangélica de la oveja descarriada, hay que olvidarse del rebaño ya consolidado y buscar esa oveja perdida para regresar al grupo que la recibirá con alborozo.