El director general de Grespania, Luis Hernández, asegura que la industria cerámica española está atravesando un momento que pese a «no ser malo» tampoco es «boyante». En este sentido, confía en que en 2020 se registren mejores cifras de crecimiento de las ventas, entre un 4 % y un 7 %, gracias, sobre todo, a la mejora de la exportación.

P ¿Cómo calificaría la actual situación del sector cerámico español?

R El momento actual del sector cerámico no es malo, pero tampoco es exageradamente boyante. Hay un estancamiento en la exportación que se está notando, el mercado nacional funciona mejor. Las empresas han hecho últimamente inversiones muy fuertes y están en un momento de alta productividad, algo que se nota en la competencia con otros países y también en el abaratamiento del producto, que también tiene sus lados negativos en algún sentido. Pero yo considero que, tecnológicamente y desde el punto de vista de la innovación, el momento del sector cerámico español es bueno. Falta que haya un poco de reactivación económica en algunos países y que desaparezcan algunos problemas que solo aportan incertidumbre, como es el caso del Brexit, la guerra comercial€ Y yo espero que el año próximo sea un año mejor que el que nos encontramos.

P ¿Qué medidas se han tomado para hacer frente al enfriamiento comercial de ciertos países?

R Debido a las inversiones que se han realizado en los últimos años hay un exceso de capacidad productiva, pero los datos de la Conselleria de Industria indican, por el contrario, que hay una reducción de la producción€ Esto quiere decir que el sector se está acoplando a la actual situación del mercado, reduciendo ligeramente la producción y acumulando algo de stock, cosa que se ve palpablemente en el entorno del sector castellonense. La situación no es mala pero debe haber una reactivación para que se pueda absorber la capacidad de producción instalada.

P ¿El sector español tiene mejores ingredientes para exportar que otros competidores directos?

R Sí. El sector español, en los últimos años, ha coordinado muy bien la innovación del producto con la mejora de la productividad. A algunos países les sorprende la capacidad del sector cerámico español para vender con precios muy baratos y a la vez ser rentable y productivo. Creo que el sector está preparado para afrontar el momento actual. Quizás cuando hubo la crisis del 2008 no lo estaba, pero ahora está muy preparado para eso. Se han hecho muchas inversiones, tecnológicamente está avanzado y a nivel productivo está en un buen momento.

P En el pasado congreso de ATC se llegó a la conclusión de que el sector está en un momento muy incipiente del salto al 4.0. ¿Hay realmente dos velocidades en el sector cerámico español?

R Sí, eso es así, porque hay empresas de muy diferente dimensión y empresas que son más dinámicas en cuanto a inversión que otras. Evidentemente, no es un sector homogéneo y hay muchas diferencias entre las empresas. Puede haber empresas que estén satisfechas con su actuación y otras que estén en un momento complicado. Esto es así.

P ¿Esto puede propiciar que siga el proceso de concentración en grandes grupos que se ha iniciado ya en el sector cerámico?

R Sí y, de hecho, yo creo que va a haber más concentraciones, lo que pasa es que ya va a ser difícil porque se está creando una división importante en cuanto a dimensión entre las grandes, las medianas y las pequeñas. Cada día se están alejando más. La concentración, muchas veces, es posible cuando esta distancia no es tan grande pero ahora quizás sea más complicado pero, evidentemente, va a haber más concentraciones.

P ¿Y el sector apostará por multilocalizar su producción?

R Creo que se producirá. Lo veía más próximo hace unos años pero, en el momento actual, para aquellos que pensaban que la razón más evidente de la deslocalización podía ser la mejora de la productividad, creo que ese factor ha desaparecido, porque las empresas españolas, hoy en día, son muy productivas aquí, lo que sí que puede haber es una deslocalización buscando la proximidad de los mercados. Eso es lo que puede ocurrir. No hay mucho movimiento en ese sentido. Hay algún caso aislado.