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Libertad horaria

El Consell negará la apertura dominical a Ikea porque Alfafar no es zona turística

Varios informes determinan que los clientes no son turistas, sino que proceden de la Comunitat Valenciana

Al final parece que las tesis del Ayuntamiento de Alfafar se impondrán a las de Ikea y el Consell no permitirá que abra los domingos como pretendía la multinacional sueca. Y es que la Generalitat entiende (la decisión aún no es firme) que Alfafar no es un municipio turístico y, por tanto, su declaración como Zona de Gran Afluencia Turística —fórmula bajo la que se cobija la libertad horaria— estaría fuera de lugar.

Según ha podido saber Levante-EMV de fuentes acreditadas, los especialistas que analizan el caso se apoyan en informes de la Agencia Valenciana de Turismo y de la Cámara de Comercio que determinan que los visitantes que recibe Ikea y la zona comercial aneja no son turistas, sino vecinos de poblaciones más o menos cercanas a Alfafar. Bajo esta consideración, sería contradictorio declarar el área como Zona de Gran Afluencia Turística si en realidad no recibe turistas y, sin este título, no cabría la apertura dominical.

En las últimas semanas, el ayuntamiento ha mantenido que el municipio no poseía los requisitos necesarios para calificarlo de zona turística. Sin embargo, hace unos meses, cuando el alcalde, el popular Juan Ramón Adsuara, parecía estar por la labor de solicitar la libertad horaria, argumentó que su zona comercial era «de especial interés» por estar especializada en la venta de muebles, circunstancia que podía permitir la apertura dominical. Y es que, en esa figura sería indiferente que los visitantes fuesen turistas o residentes, puesto que lo que primaría sería la afluencia de público, independientemente de su procedencia.

El origen del conflicto

En mayo el mandatario planteó a la Conselleria de Economía, Industria y Comercio una apertura estacional que permitiría a los establecimientos abrir todos los domingos hasta finales de año. Unos días después, retiró la solicitud después de que ninguno de los grandes operadores que le reclamaron durante meses la libertad horaria se comprometiese por escrito a contratar a vecinos de Alfafar.

El desistimiento de Adsuara provocó el enfado de Ikea, que ya contaba con poder abrir todos los domingos y festivos hasta diciembre. La multinacional presentó alegaciones ante el Consell al entender que era parte perjudicada en el repentino cambio de postura del ayuntamiento y la Generalitat aceptó su recurso, lo que motivó un agrio enfrentamiento entre la Generalitat y el consistorio.

Días antes de la inauguración de Ikea, al alcalde acabaron de saltarle todas las alarmas cuando le llegó «una filtración» de la conselleria acerca de una inminente autorización autonómica para que la multinacional abriese los domingos. Adsuara amenazó entonces con emprender una batalla judicial e incluso con una dimisión en bloque de su equipo de gobierno.

El conseller, Máximo Buch, se desentendió poco después del asunto y desveló que serían los abogados de la Generalitat los que decidiesen sobre el conflicto. El responsable autonómico participa hoy en el Observatorio del Comercio, donde se preveía la protesta de los pequeños establecimientos, y al final de la reunión podría desvelar la resolución del Consell en caso de que ésta hubiese sido ratificada tras sopesar las alegaciones presentadas por ambas partes.

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