Irán va a convertirse en el objetivo de muchos sectores económicos en los próximos meses, una vez se haga efectivo en levantamiento de las sanciones y las relaciones comerciales con Occidente se normalicen. Pero algunas de las grandes compañías valencianas, como Dulcesol, ya llevan unos meses con los ojos puestos en este gigante de 80 millones de habitantes.

«Estamos estudiando algún proyecto que otro. Es un mercado hiperimportante, no hay nada cerrado. Es un objetivo importante para 2016. Ya hay algunos contactos que han visitado Irán, buscando clientes», explica Houda Zaaizaa Ait Taleb, delegada Halal y miembro del departamento de exportación del Grupo Dulcesol.

Esta compañía, entre las 15 primeras valencianas por facturación (292 millones en 2014), tiene mucho camino hecho. Lleva tiempo produciendo una parte de su catálogo de productos bajo los criterios de certificación halal, aptos para el mercado musulmán. De hecho, cuenta desde hace poco con una planta en Orán (Argelia). El 25% de su exportación, aproximadamente, va hacia este mercado, y la firma tiene presencia importante en el norte de África, un bagaje que le facilita la nueva aventura hacia el Golfo Pérsico.

Pero el de Dulcesol no es un caso único. Según explica Francisco Soler, responsable del área de Derecho Mercantil de Garrigues en la C. Valenciana, en las últimas semanas ha habido consultas de clientes y empresas para informarse de la situación iraní. Se trata, por un lado, de empresas que buscan invertir con alguna instalación productiva, pero, sobre todo, de firmas con la intención de vender allí. «Es un país con ingresos elevados por el petróleo y con una clase media importante. Además, llevan años aislado y tienen ganas de adquirir productos extranjeros», explica Soler, especialista en internacionalización con amplia experiencia en Asia.

En cuanto a los sectores que están interesándose, destacan el de materiales de construcción. «Se prevé una construcción importante de viviendas. Es una población joven. La cerámica y los materiales de construcción tienen una oportunidad», señala.

Pero más que la inversión productiva „la economía iraní tiene un elevado componente estatal„las opciones de futuro valencianas pasar por ganar presencia comercial. De ahí las consultas de empresas vinculadas a la agroalimentación.