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Kamax paraliza inversiones en Valencia para abrir otra factoría en Chequia

La multinacional auxiliar de la automoción condiciona el futuro de Museros y 260 empleos al pacto laboral que recorte los costes

Kamax paraliza inversiones en Valencia para abrir otra factoría en Chequia

El grupo alemán Kamax, firma dedicada a la producción y distribución de tornillería para el sector de la automóvil con 700 millones de facturación anual y una plantilla de 3.000 empleados en diversas fábricas, ha decidido paralizar sus inversiones en la fábrica de Museros tras el bloqueo, desde hace tres años, del plan de competitividad y ahorro de costes que negocia con el comité de empresa de la factoría valenciana (CC OO, Intersindical y CSIF) . A la vista de la situación, la multinacional germana abrirá nuevas instalaciones fabriles de 50.000 metros cuadrados junto a su planta de Chequia para aumentar su negocio y carga de trabajo, un centro donde ha invertido ya 100 millones de euros durante esta última década.

Los directivos del comité ejecutivo de Kamax Wolfgang Ruoff y Christian Wahlers, según constatan en una carta remitida a los representantes de los trabajadores de la planta de l´Horta Nord, fechada el 7 de diciembre de 2016, indican que «no vemos ninguna posibilidad de continuar el camino de los últimos años de crecimiento a través de inversiones y nuevos pedidos. En estas circunstancias -puntualizan en clara referencia a Chequia- otras plantas proporcionan mejores condiciones para el crecimiento del grupo».

El programa de competitividad y flexibilidad propuesto por la multinacional para ahorrar costes en Museros -donde podría incrementar sus inversiones y plantilla- afectaría sobre todo a las nuevas incorporaciones. La empresa propone que sus condiciones salariales se ajusten al convenio provincial del metal, lo que rebajaría las nóminas en un 30 % en comparación con los salarios medios que percibe la plantilla actual si te tiene en cuenta también el sistema de incentivación de la producción de Kamax. Además, otro eje prioritario del mencionado acuerdo de competitividad es la flexibilidad del calendario de vacaciones de verano, que se propone repartir en tres meses en lugar de tan solo dos (julio-agosto) por necesidades de la producción. Por otro lado, la dirección propone un plan de prejubilaciones para una veintena de trabajadores a partir de 61 años de edad.

«Un futuro incierto»

La mercantil que dirige Juan Carlos Mena es la única planta del grupo en España. Entre 2009 y 2016 ha duplicado cifra de negocio al alcanzar los 60 millones de euros en este último ejercicio, mientras que la plantilla ha pasado de 228 a 260 personas tras unas inversiones de 20 millones de euros en unas instalaciones que facturan el 85 % de su ventas en el exterior. Sus clientes son las grandes marcas de la automoción como Ford, GM, Mercedes, WV o Nissan, entre otras.

«Sin embargo -explica Mena- el futuro de la planta es incierto en el largo plazo si no garantizamos un desarrollo sostenible para que el grupo con proyectos e inversiones nuevas, adjudique piezas que sustituyan a las actuales que, por la pura lógica de la evolución de los modelos actuales de automóviles, desaparecerán en los próximos años». Además, destaca que en la actividad de la compañía «es clave el control del margen [diferencia entre el precio de venta y el coste de producción] por el sector del automóvil presiona a la baja y las materias primas suben». Y matiza: «Kamax Museros estuvo amenazada de cierre en 2009. Ahora es rentable, pero ¿es suficiente para asegurar su continuidad?».

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