La oportunidad iraní vuelve a quedar aparcada. Tras el levantamiento de las sanciones después del acuerdo nuclear entre la república islámica, EE UU y otras potencias europeas, aquella victoria diplomática de Barack Obama en 2015 ha sido enterrada por su sucesor en la presidencia estadounidense, Donald Trump. La Casa Blanca se sale del pacto de paz nuclear y recupera las sanciones a Irán.
Las consecuencias van a sentirse en todo el mundo. Washington ha instado a los otros firmantes que siguen en el acuerdo de 2015 -China, Francia, Rusia, Reino Unido y la UE- a tomar partido: «Creo que los europeos verán finalmente que dentro de sus intereses entra sumarse a esto», dijo el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton. Además, ha extendido la amenaza a cualquier empresa que quiera mantener relaciones comerciales con este país del Golfo pérsico.
Si una empresa que tiene relaciones con EE UU comercia con Irán, se expone a sanciones. Es una mala noticia. La apertura de Irán animó a las empresas a retomar las relaciones comerciales con este mercado histórico, que hoy cuenta con 80 millones de habitantes, muchos de ellos jóvenes. En 2016, último año del que se dispone de datos, las ventas valencianas ascendieron a 41,28 millones, un 13,27% más que el año anterior. Era el primer año después del acuerdo político.
Setenta empresas valencianas están vendiendo productos en Irán. Como casi siempre, es el sector cerámico, el clúster exportador valenciano por antonomasia, el que más presencia tiene en este país. Halcón Cerámicas, Venis (Porcelanosa), Grespania, Roig Cerámica, Colores Cerámicos, Smalticeram España, Manufacturas Industrial Azulejera, Estudio Cerámico, etc. son algunas de las que comercian con este país.
También otras empresas dedicada al mueble y otros materiales decorativos y de construcción como Actiu, José Pico, Lamidecor o Pinturas Mompo; la iluminación (Riperlamp); textil; alimentación como Dulcesol o Natra Cacao, o multinacionales del sector químico como la japonesa Ube, con base en Castelló.
Según explica Vicente Mompó, responsable de Internacionalización de Cámara València, la amenaza de Trump afectará a las empresas que trabajan en Estados Unidos o exportan a ese país. Se exponen a multas si comercian en Irán. Va a perjudicar principalmente a las multinacionales. En 2014, por ejemplo, el banco francés BNP Paribas pagó multas de miles de millones por violar las sanciones. Gigantes aeronáuticos como Boeing y Airbus perderán miles de millones en contratos cerrados tras el levantamiento de las sanciones en 2016.
En realidad, tal como resume Mompó, no es una decisión complicada para las empresas. El negocio que ofrece un Irán que apenas ha empezado a abrise es anecdótico frente al que supone Estados Unidos.
Hoy, el país americano es el quinto mercado para las empresas valencianas, con 1.880 millones en ventas en 2016: 1.880 frente a los 41 que se exportaron al país de los ayatolás, en un mercado además muy complejo de trabajar desde el punto de vista financiero.
Según vaticinan en Cámara València, de confirmarse la posición de Trump respecto al pacto nuclear las empresas que elijan mantener las relaciones serán sobre todo las pymes que tengan su mercado exterior más orientado hacia Oriente, en sectores como el mueble, el hábitat o iluminación. Sin embargo, todas las que comercien con Estados Unidos, como el cerámico, se encontrarán con este mercado emergente cerrado por la amenaza de sanciones.
