Las empresas Ares y Cooperativa Logística de Levante concentran más de la mitad de las nuevas licencias que competirán con el taxi. Las dos compañías van a recibir en los próximos meses 370 licencias VTC de las 641 pendientes de conceder en València por la doctrina del Supremo, según fuentes de la Administración. Uber, como ayer adelantó Levante-EMV, va a comenzar a operar en València en otoño y Cabify va incrementar su presencia gracias a la decisión del Alto Tribunal de declarar válidas todas las licencias VTC concedidas antes del 21 de noviembre de 2015 y que va a provocar que se cuadruplique el número de vehículos de transporte concertado.

Las 641 licencias VTC que la Conselleria de Transporte va a conceder en los próximos meses en València suponen una cantidad considerable. Según las últimas cifras del Ministerio de Fomento, a 1 de agosto hay en València 131 licencias VTC frente a 3.024 de taxi. Los permisos VTC son unas licencias que históricamente se emplearon para servicios de limusina, chófer de lujo o traslado desde el aeropuerto ya que no pueden buscar clientes por la calle como sí lo hacen los taxis. Eran dos negocios que no competían. Sin embargo, en los últimos años las VTC se han convertido en un tesoro. A través de las nuevas aplicaciones móviles como Uber o Cabify, esas licencias tienen una nueva utilidad. Con la aplicación tecnológica, el proceso de petición y recogida sortea la limitación legal de no poder buscar pasajeros por la calle.

Ares, Cooperativa Logística de Levante y otra veintena de firmas pagaron 28,24 euros por cada una de las licencias VTC que ahora les van a conceder. En concreto, Ares solicitó antes del cambio legal de 2015 un total de 220 licencias VTC para operar en València y Cooperativa Logística de Levante pidió 150. El resto de permisos (271) que tiene que conceder la conselleria se los reparten la otra veintena de firmas.

El negocio para estas compañías ha sido redondo. Ares abonó 6.212 euros por su paquete de licencias y Cooperativa Logística de Levante pagó 4.236 euros. Ahora cada una de esas licencias cuesta en el mercado libre (al igual que pasa en el sector del taxi) decenas de miles de euros (en Barcelona se ofrecen por 120.000 euros).

Estos grandes paquetes de licencias han llamado la atención de los fondos de inversión. El fondo norteamericano King Street pagó a principios de año, según La Información, más de 140 millones de euros a los hermanos Juan y Ramón Ortigüela para hacerse con Ares y todo su entramado de sociedades con las que gestionan más de 600 VTC y tienen reclamadas 3.200 en toda España (incluidas las 220 de València). La adquisición contó con el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Las expectativas de negocio han hecho que la avalancha de peticiones haya ido a más con el paso de los meses. Según la conselleria, las autorizaciones solicitadas a partir del 22 de noviembre de 2015 superan las tres mil. Concretamente, las empresas han pedido 2.762 en València, 183 en Alicante y 68 en Castelló. Sin embargo, con la jurisprudencia del Supremo cabe entender que estas últimas van a ser todas denegadas. De hecho, las primeras sentencias desestiman los recursos de nuevas peticiones de licencias VTC a partir del 22 de noviembre.

Cabify (que opera en València y Alicante) va a aprovechar la concesión de las 641 licencias para incrementar su oferta. Fuentes del sector aseguraron que en los próximos meses va a doblar su número de conductores, aunque la compañía se negó ayer a confirmar este extremo.