Baleària ha logrado desatascar su proyecto de terminal para el puerto de Barcelona una vez calmada la tensión soberanista y prepara una inversión a largo plazo de cincuenta millones de euros. Las obras de ejecución del nuevo muelle cuestan 35 millones de euros y las va a acometer el Port de Barcelona, que después repercutirá el importe a la naviera durante el periodo de concesión. Además, Baleària va a destinar 15 millones de euros a la construcción de la terminal, según confirmaron ayer fuentes cercanas al proyecto.
El presidente de Baleària, Adolfo Utor, lamentó el año pasado durante la presentación de resultados que estaban teniendo problemas con el proyecto por la inestabilidad política de Cataluña. «Nosotros tenemos una inversión importante en Barcelona. No existe problema por nuestra parte sino por la del puerto (debido a la situación política)», declaró el 22 de marzo de 2018. Esa situación se ha desbloqueado ahora y está previsto que la concesión del proyecto de ejecución se adjudique en septiembre.
Baleària preferiría acometer las obras del muelle porque pagaría menos intereses, pero la Autoridad Portuaria de Barcelona se va a hacer cargo de la ejecución. Una vez construido el muelle, que está «en una buena zona junto a la terminal Port Nou», la naviera valenciana edificará la estación marítima. La nueva terminal va a ser utilizada diariamente por tres buques de Baleària y un crucero (que estará atracado durante las horas del días en las que no opera la compañía valenciana). La concesión va a ser a largo plazo ya que se prolongará «entre 20 y 30 años». La naviera utiliza el puerto de la capital catalana para unir Barcelona con Mallorca, Alcúdia, Ciutadella e Ibiza. Actualmente, emplea tres barcos diarios, pero en el futuro puede ampliar el uso a cuatro con las nuevas instalaciones.
La compañía con base en Dénia, que ayer presentó los resultados de 2018, también está a la espera de la adjudicación de la nueva terminal de pasajeros de València. La Autoridad Portuaria de València ya tiene los estudios históricos para preservar elementos arquitectónicos, pero los pliegos del concurso todavía no se han aprobado. Adolfo Utor indicó que están esperando a ver las condiciones. «Es una opción que está ahí. Si interesa sin ninguna duda iremos a por ello».
Adolfo Utor insistió ayer en la apuesta que está haciendo la compañía por renovar y ampliar su flota de barcos. El presidente de la compañía precisó que actualmente tienen 31 buques. «En los últimos diez años hemos triplicado la flota. Es 90 % de nuestra flota es propia», subrayó. A finales de 2020, Baleària dispondrá de nueve buques inteligentes propulsados a gas de los cuales tres son nuevos y seis corresponden a remotorizaciones de barcos de la flota (subvencionadas en parte por la Unión Europea).
Los nuevos barcos son el Hypatia de Alejandría (terminado en 2018) y el Marie Curie, dos ferris propulsados con gas natural licuado (GNL) y que han costado 200 millones de euros. El nuevo ferri Eleanor Roosevelt va a ser el primer catamarán de alta velocidad del mundo propulsado por GNL, tiene un presupuesto de 90 millones y está siendo construido en el astillero asturiano Armon. «Somos pioneros en el Mediterráneo y en Canarias en el uso de esta energía menos contaminante», indicó. «El uso del gas natural supone una disminución de las emisiones de CO2 del 30 %. La inversión total de la remotorización de los seis buques y la construcción de los tres nuevos es de 362 millones de euros. En 2020 entrará en vigor una normativa de emisiones más exigente que la actual que obligará a todos a renunciar al gasoil. Nosotros ya estamos por debajo de los límites que marca la nueva normativa», añadió.
En relación con el respeto al medio ambiente, el presidente de la naviera resaltó que «la navegación de Baleària en 2018 fue más ecoeficiente», ya que las millas navegadas por la flota crecieron un 13%, mientras que las emisiones de CO2 solo lo hicieron un 6,5%. Y señaló que los retos más inmediatos de la naviera son el cambio hacia una cultura digital, «para seguir siendo referentes en el uso del gas natural y la digitalización».
