Pasado, presente y futuro del sector citrícola se unieron ayer en la finca la Patera de Vila-real, perteneciente a la familia Arrufat, históricamente y todavía vinculada al negocio naranjero. El presidente del Comité de Gestión de Cítricos, Manuel Arrufat, ejerció junto al alcalde de Vila-real, José Benlloch, de anfitrión de una paella a la que asistieron varios pesos pesados del sector, como el presidente de la patronal Asociex, Jorge García, Marcos Gual (Bagú), Javier Usó (Frutinter) o Vicent Ortells (Real Export), entre otros dirigentes y ejecutivos de empresas naranjeras. También acudieron a este encuentro el secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez Mulero, así como el director genera de Agricultura, Roger Llanes.

Esta cita, de carácter informal, sirvió para analizar la crisis que vive el sector tras la desastrosa campaña 2018/2019, así como para recordar el momento en el que los antepasados de Arrufat desarrollaron, a finales de los años 60, la variedad arrufatina, que todavía tiene «buena salida comercial» al cosecharse unas semanas antes que la clemenules. El alcalde Benlloch destacó que este episodio histórico debería servir «como ejemplo de la reinvención que necesita el sector» para impulsar su actividad.

Sea como fuere, cuando en la misma mesa se sientan algunos de los responsables de las empresas más potentes del sector y dos altos cargos de la Conselleria de Agricultura difícilmente se habla solo de pasado, en especial cuando está a punto de iniciarse una campaña decisiva para la citricultura de la C. Valenciana. Por eso, junto a la competencia de terceros países, en la comida también se habló de cuestiones como el papel que puede tener la Ley de Estructuras Agrarias en el futuro del cultivo de cítricos.