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Las emisiones contaminantes cuestan 45 millones a la industria valenciana

Los sectores eléctrico, cementero o cerámico de la autonomía emiten 8,9 millones de toneladas, el 8% del total en España

Instalaciones de BP en Castelló. ana alicia núñez

Contaminar tiene su coste. En concreto, y en lo que respecta a la industria valenciana, la factura en 2019 se sitúa en torno a 44,9 millones de euros. Así se desprende del informe del Ministerio para la Transición Ecológica que analiza el comportamiento de las empresas de generación eléctrica y algunas otras de las industrias más contaminantes (cemento, productos químicos, cerámica), que están sujetas al régimen de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero.

En concreto, la C. Valenciana cuenta con 179 instalaciones sujetas a esta vigilancia. Durante el pasado año emitieron un total de 8,7 millones de toneladas. Es un cantidad similar a la de los años anteriores, pero que supera en bastante, un 26,3%, el volumen de emisiones que tiene asignado gratuitamente (derechos). En el conjunto español las emisiones de estas instalaciones reguladas por el comercio de derechos ascendieron a 109, 52 millones de toneladas, un 14% menos.

Por cada tonelada que se supera los derechos asignados, estas instalaciones pagan. Y la cantidad fluctúa cada año ya que el precio se fija en un mercado donde se subastan los derechos que sobran a otras instalaciones. El año pasado, el precio medio alcanzó casi los 25 euros por tonelada.

Los 45 millones son la cifra global para las instalaciones de la C. Valenciana, pero la mayor parte de ella corresponde a las eléctricas, que no gozan, a diferencia del resto de industrias, de una asignación de derechos gratuita. Como la planta de ciclo combinado de Iberdrola, de Castelló, con unas emisiones de casi 845.000 toneladas; o la de Naturgy, en Sagunt, con 934.000.

La mayoría de cerámicas de Castelló, por ejemplo, emitieron poco por encima de lo asignado. La refinería de BP de Castelló, por su parte, envió a la atmósfera 1,28 millones de toneladas, la mayor cantidad. En general, en el conjunto de la industria regulada por este sistema en España, dejando al margen a las eléctricas, las emisiones disminuyeron un 4,4% respecto a 2018.

Cabe destacar que España, en términos globales e incluyendo toda la actividad del país como consumos domésticos, transportes, generación eléctrica, etc, las emisiones de efecto invernadero durante 2019 se situaron en 313,5 millones de toneladas de CO2, una disminución del 6,2%. Es un 8,3% más que en 1990, pero la cantidad se ha reducido respecto al nivel de contaminación de 2005 en casi un 30%.

Menos carbón en España

Las emisiones han caído pese a que el PIB crece; se han desacoplado del crecimiento económico. ¿A qué se debe? Básicamente ha contribuido el apartado de generación eléctrica por efecto de la reducción del carbón; y el aumento de energías renovables como la eólica y la fotovoltaica, que disparan su producción. El carbón ha sido sustituido principalmente por gas natural, combustible fósil pero menos intensivo en generación de CO2. La producción en centrales de ciclo combinado como las valencianas aumenta, frente al retroceso de las centrales térmicas de carbón, según el informe del Ministerio de Transición Ecológica.

Sobre el total de las emisiones en España, el transporte es el primer causante (29% del total y creciendo), seguido de la industria, responsable del 20,6% de los gases, aunque se reduce un 2,9%.

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