La reanudación de la actividad económica durante el pasado mes de julio tras el largo período de confinamiento, de desplome del consumo interno y de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) no consigue recuperar los ingresos en la caja de la Agencia Tributaria, que se ve gravemente afectada en sus niveles de recaudación. Mientras el déficit del Estado se dispara por encima del 5 %, el dinero que recauda Hacienda en concepto de IVA -el termómetro que marca la marcha de la venta de bienes- se desplomó otro 27 % en julio en la Comunitat Valenciana respecto a idéntico período de tiempo de 2019, lo que provoca que los ingresos totales del Fisco se sitúen en 2.368 millones durante el citado período estival; es decir un 11% menos que un año antes. Sin duda, la crisis económica derivada de la pandemia por coronavirus y el desplome del turismo afectan gravemente al resultado de la Agencia Tributaria. En línea con la tendencia generalizada en España, la caja del Fisco en la C. Valenciana disminuye en las principales partidas de esta entidad del Ministerio de Hacienda. Así, en concepto de IRPF recaudó un 1,6 % menos mientras que en Sociedades (que grava los beneficios de las empresas) el recorte fue del 22,6 %. Y en el caso de los especiales (tabaco, carburantes y bebidas alcohólicas) estos cayeron un 8,8 % en comparación con el año anterior. Según el informe de la Agencia Tributaria, el mes de julio es significativo para la recaudación del año porque en el mismo se contabilizan, además de las declaraciones mensuales habituales, las declaraciones del segundo trimestre de las pymes (retenciones del trabajo, pagos fraccionados e IVA) y el primer plazo de los ingresos de la declaración anual del IRPF (que liquidó el impuesto del ejercicio 2019). Por esto y por las especiales circunstancias que se están viviendo este año, los resultados del mes de julio mezclan dentro de la evolución de los ingresos elementos muy diversos. Por otro lado, están los ingresos de las pymes del segundo trimestre y que son un reflejo de lo ocurrido entre abril y junio (prácticamente todo el periodo del estado de alarma), lo que explica su fuerte descenso. Y, además, están los factores positivos que compensan parcialmente las pérdidas anteriores y que proceden de tres fuentes: el intenso crecimiento que muestran las retenciones ligadas a las rentas públicas (salarios de la administraciones públicas y pensiones); los buenos resultados de la cuota anual del IRPF; y la recaudación derivada de las medidas sobre aplazamientos y liquidaciones implementadas en marzo y abril. Estas supusieron una merma de los ingresos en esos meses, pero que se están recuperando desde mayo. Durante el primer semestre de 2020 la pérdida de recaudación en España ya alcanzó los 14.500 millones, con respecto al mismo periodo del año pasado. Entonces, los ingresos de Hacienda se hundieron un 7,1 % en la C. Valenciana hasta junio y la recaudación del impuesto de Sociedades cayó un 24,8 % al desplomarse los beneficios empresariales durante el primer semestre. Además, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) frenaron el impacto en las arcas de la Agencia Tributaria. A pesar de afectar a todas las figuras impositivas, destacó la caída del 18 % del IVA, un impuesto que supone más de un tercio de los ingresos. La ministra de Hacienda reconoció entonces su preocupación por la evolución del IVA ante el impacto de la pandemia en el turismo internacional y el comercio exterior. Y aseguró que estará «alerta» porque, si el turismo no remonta, teme una mayor caída de ingresos.
