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Ford Almussafes encara un año clave tras producir un tercio menos en 2020

Cierra el actual ejercicio con un desplome de la producción de más de 100.000 unidades respecto al año 2019

Trabajadores de la planta de vehículos de Almussafes, al inicio de la pandemia. | LEVANTE-EMV

La factoría de Ford Almussafes está a punto de cerrar un año negro y pone ya la vista en 2021 con una mezcla de esperanza e incertidumbre. El ejercicio que ahora concluye ha estado marcado por la crisis provocada por la pandemia, que ha culminado en una drástica reducción de la producción ante una demanda congelada en todo el planeta y que a su vez ha derivado en una cascada de expedientes de regulación temporal de empleo.

Pero ni mucho menos esta situación de debilidad es únicamente achacable al virus, pues la ralentización ya se dejó notar en la producción de Almussafes de 2019. Ahora, las nuevas normativas de emisiones para el sector han dado un impulso a los coches eléctricos, por lo que la esperanza está depositada en la planta de motores, que va a recibir inversiones para producir el motor híbrido GDI 2.0 y componentes de mecanizados para el mercado americano, aunque solo está asegurado hasta 2023.

Una factoría, dos realidades

En busca de esa ansiada estabilidad tras años repletos de ERTE y ERE, los sindicatos han arrancado recientemente a la dirección el compromiso de que en el primer trimestre del próximo año presente sus planes de viabilidad para la fábrica valenciana más allá de esa fecha, a dos años vista.

De momento, la situación en Almussafes es compleja y evidencia las dos realidades entre las que bascula el sector de la automoción. Por un lado, la planta de producción de vehículos está totalmente parada desde el pasado 17 de diciembre y no fabricará ni un solo coche hasta el 11 de enero, dejando de sacar en ese plazo al mercado unas 20.000 unidades.

Mientras, por el otro lado, la compañía norteamericana acaba de pactar con los sindicatos un plan para trabajar los sábados en la planta de motores ante el repunte de la demanda que ha detectado en Estados Unidos. La idea es compensar así los días que se tendrá que detener la actividad para adecuar las líneas de producción al nuevo motor GDI hacia finales de marzo. Desde el comité de empresa recibieron la noticia como un «rayo de esperanza» para motores y su presidente, Carlos Faubel, escribía recientemente en una columna de opinión publicada en este diario que «conseguir la fabricación de motores y vehículos híbridos» es el «único camino» para garantizar un nivel similar de empleo en la factoría en el largo plazo.

Con todo, Almussafes cerrará este 2020 con una producción de 235.400 vehículos, casi un tercio menos que los fabricados en el año previo (345.700), en el que ya se registró una reducción de casi el 10 % respecto a 2018 (381.240). La caída es generalizada en todos los modelos y ha afectado hasta al Kuga, el que fue la estrella de la planta valenciana hasta que la covid truncó los planes. Su adjudicación insufló esperanzas a inicios de 2020 y su buena acogida permitió absorber parte del empleo que ya quedó en el aire por ese retroceso de producción de 2019. Así, se esperaba que para marzo se pudieran sacar adelante 1.740 unidades al día.

Lejos de esas cifras, y pese a seguir siendo el modelo más producido en Almussafes, este año se han fabricado 121.000 frente a los 162.000 de 2019. El desplome es similar en los otros cuatro: la furgoneta Transit Connect ha caído de 108.400 unidades a 75.400; el Mondeo, de 40.150 a 18.700; el S-Max, de 22.700 a 12.700 y la Galaxy, de 12.500 a 7.600. En total, la pandemia se ha ‘comido’ más de 100.000 vehículos.

Impacto en el empleo

Todo este combo se ha traducido en seis ERTE y un ERE en un año en Almussafes, que cierra el ejercicio rondando los 7.100 trabajadores, casi 2.000 empleos directos menos que los que generaba hace cinco años. Según el sindicato mayoritario en la planta valenciana, UGT, el número de expedientes temporales llevados a cabo en este plazo refleja esa inestabilidad en la que vive lacompañía, puesto que antes de concluir uno se ha emprendido otro por la falta de ajuste de la oferta a la demanda.

El calendario del último ERTE fija para la planta de producción dejar de fabricar desde el 17 de diciembre hasta el 11 de enero; mientras que los 980 trabajadores de montaje de motores han trabajado del 14 al 21 de diciembre y en Mecanizados hasta el día 23, excepto en una línea.

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