Diez valencianos han puesto sus pisos en la capital del Túria en venta con descuentos de hasta el 60 % con la condición de dejarlos libres cuando mueran. La oferta va dirigida fundamentalmente a inversores que no necesitan ocupar de inmediato la vivienda, aunque no está exenta de riesgos porque algunos vendedores todavía no han llegado a los ochenta. A veces se acortan los plazos. Un inversor ha tardado menos de tres meses en rentabilizar la compra de una vivienda frente al jardín del Túria tras fallecer la vendedora de avanzada edad por la covid.

Una visita a los portales de anuncios de pisos permite encontrar ofertas como un piso en la calle de Homero de València (en el barrio deAyora junto a Blasco Ibáñez) con un valor de mercado de 190.000 euros por 79.000 euros. El inmueble, que se ofrece con una rebaja del 60 %, tiene cuatro habitaciones y mide 99 metros cuadrados. La clave es introducir el concepto ‘vivienda en nuda propiedad en València’ en el buscador de internet. Las inmobiliarias llaman a estos inmuebles «viviendas con bicho».

Los anuncios aclaran que aunque el nudo propietario (el comprador) sea dueño de la vivienda, no podrá disfrutar de ella hasta la extinción del usufructo. «Una vez llegado el momento, tendrá todo el derecho a disponer de la propiedad en buen estado. La persona que vende la casa disfrutará de su vivienda hasta el final de sus días», subrayan las inmobiliarias.

En el caso de la vivienda situada frente al jardín del Túria, el comprador cerró la operación el pasado mes de septiembre. Es un piso de 166 metros cuadrados con una gran terraza que se traspasó por 350.000 euros a pesar de que tenía un valor de mercado de más de medio millón de euros, según confirmaron fuentes del sector.

Ahora mismo está disponible una vivienda en la avenida de Blasco Ibáñez con vistas a los Jardines de Monforte por 300.000 euros. El inmueble es de 1980 y tiene 171 metros cuadrados, tres habitaciones y tres cuartos de baño. Su precio está muy por debajo del valor de mercado de una de las zonas más caras de la capital. El metro cuadrado sale a 1.754 euros, lejos de los 5.433 euros el metro cuadrado que llegan a costar los pisos de su alrededor. Eso sí, para disfrutar del chollo hay que esperar a que su dueño fallezca.

En València se pueden comprar viviendas con este sistema desde 65.000 euros. Ese es el precio por el que se vende un piso de 95 metros cuadrados con dos habitaciones y ascensor en el barrio La Creu del Grau (junto a la Ciudad de las Ciencias).

En el barrio de La Saïdia se ofrece un segundo de 123 metros cuadrados con cuatro habitaciones por 164.999 euros. Irónicamente, la inmobiliaria que lo anuncia asegura que el piso está «para entrar a vivir».

En el barrio de Patraix es posible comprar otra vivienda de 110 metros cuadrados y cuatro habitaciones por 105.000 euros. El vendedor tiene 76 años.

En NouMoles (cerca de la avenida del Cid) hay en venta un piso más asequible, aunque viven los dos propietarios. La vivienda mide 90 metros cuadrados, tiene cuatro habitaciones y cuesta 105.000 euros.

La consultora inmobiliaria Cristina Recasens, directora de Recasens Real Estate, asegura que a pesar de los descuentos es complicado vender este tipo de pisos por la incertidumbre temporal que conlleva la operación. «Los interesados son inversores. No está pensado para una persona que necesita el piso para entrar a vivir. Lo que hacen los inversores es calcular la edad del vendedor para analizar cuánto pueden tardar en disponer de la casa», afirma.