Nuevo ERTE a la vista en Ford Almussafes. Los cuellos de botella en el suministro de componentes, que además se han visto agravados por la guerra en Ucrania y la huelga del transporte, hacen que los sindicatos de la fábrica valenciana den por hecho que en cuanto finalice el actual expediente de regulación temporal de empleo la multinacional activará uno nuevo para ajustarse a la actual capacidad productiva. La previsión es que sea similar al actual, con tres meses de duración y en torno a 15 días de paros y que afecte a los trabajadores de la línea de ensamblaje de vehículos, unas 4.700 personas.
Así lo han asegurado a este diario desde UGT y otros sindicatos minoritarios con presencia en el comité de empresa apenas un día después de que la dirección de la planta valenciana volviera a reunir a la comisión de seguimiento del ERTE y constatara un empeoramiento en la cadena de suministro de piezas a raíz del conflicto bélico y los problemas logísticos. En concreto, las complicaciones siguen estando en el abastecimiento de microchips, que se ha complicado en las últimas semanas debido a que Ford Almussafes obtenía parte de estos componentes a través de compañías de Ucrania.
Otras como Volkswagen, BMW o Porsche también están deteniendo algunas de sus plantas en Europa por la escasez de cableado procedente de Ucrania, si bien desde UGT aseguran que esta problemática no afecta a la factoría valenciana, que se abastece de estos componentes en Marruecos.
La falta de semiconductores ya ha provocado que Ford haya anunciado ya que va detener al completo la fábrica de Saarlouis, con la que Almussafes se juega la vital adjudicación de dos modelos eléctricos, durante la próxima semana, según informa la prensa del Sarre. Allí se fabrica el Focus y desde el comité de empresa germano aseguran que no disponen de volantes para terminar el montaje de estos vehículos. El presidente del comité de empresa de Almussafes, Carlos Faubel, concreta que "el problema de fondo es el mismo siempre" y que lo que impide terminar ese ensamblaje son los microchips que incorporan las botoneras de los volantes de última generación.
Preguntado por la posibilidad de que la dirección plantee un nuevo ERTE, Faubel es claro: "Mucho me temo que sí", asegura a este diario. El responsable sindical prevé un formato similar al que está actualmente en vigor desde enero: tres meses de duración, con unos 15 días de paros programados con los que ir jugando en función de los flujos de suministro, y concentrado en la planta de montaje de vehículos, donde trabajan unas 4.700 personas. Desde STM-Intersindical los vaticinios son incluso más agoreros y no descartan incluso un expediente de extinción de empleo hacia mitad de año.
