Las estafas financieras se sitúan en la diana de las quejas del consumidor

Son una de las principales reclamaciones tras la acción de delincuentes que usan la imagen de bancos para sacar dinero a sus clientes

Algunas reclamaciones son por compra de bitcoins. | EUROPA PRESS

Algunas reclamaciones son por compra de bitcoins. | EUROPA PRESS

Jordi Cuenca

Jordi Cuenca

Los servicios territoriales de consumo recibieron el año pasado en la Comunitat Valenciana 12.570 denuncias y reclamaciones, una cifra que supone una disminución del cinco por ciento respecto al año anterior, según la memoria anual del Comité Económico y Social (CES) autonómico. Tres fueron los sectores que más quejas provocaron por parte de los usuarios: telefonía, bancos y financieras y gas. Nada nuevo si tenemos en consideración que son las actividades más vinculadas a un consumo recurrente y a cambios de ofertas.

El abogado de la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana (UCCV) Francisco Rodríguez muestra su preocupación singularmente por las reclamaciones que están presentando los usuarios contra las entidades financieras aunque en muchos casos estas no son las culpables de sus tribulaciones. «Nos llegan todos los días», asegura antes de añadir que la organización está estudiando lanzar una campaña de concienciación a los ciudadanos para lograr reducir el número de estafas que se está produciendo. «Muchos delincuentes ya no necesitan realizar atracos físicos, porque los pueden hacer a través del mundo digital», añade para ilustrar el problema.

No solo se trata de fraudes electrónicos destinados a acceder a los datos bancarios de una persona y, a traves de los mismos, robarles su dinero, sino sobre todo al uso fraudulento de los teléfonos o los identificadores de una entidad financiera para engañar al usuario, estafarle y que este luego reclame contra el banco o la financiera en cuestión al entender que es la responsable.

Rodríguez detalla que se producen estafas de hasta 12.000 euros. «Es algo incomprensible, porque no se trata de personas mayores, sino gente de mediana edad, que nunca dirías que se han dejado engañar de esa manera», añade. ¿Cómo?. Por ejemplo, «una mujer recibe un guasap que supuestamente le envía su hija. Le dice que no la puede llamar porque se ha quedado sin conexión el móvil, pero que necesita que le haga una transferencia porque necesita una cantidad determinada de dinero». Tal cual. «Y caen. Es surrealista», apunta el letrado, que precisa que, a través de otras estafas, cosiguen que el incauto de turno compre bitcoins o haga un bizum. «Además, son muy difíciles de rastrear las transferencias y el dinero se pierde a no ser que el banco [en realidad, otra víctima] o el seguro se lo cubran, que no suele ser el caso», concluye.

Denuncias

El año pasado se presentaron 11.173 reclamaciones (un 3 % menos) y se distribuyeron del siguiente modo: 3.540 en Alicante, 1.452 en Castellón y 7.184 en Valencia. Por sectores, el que acaparó el mayor número de quejas fue la telefonía, con 1.702, seguida por bancos y financieras, con 1.021, y por gas (745). Si a este último se le sumaran las 610 del epígrafe de energía eléctrica, la suma de ambas (1.355) las auparía a la segunda posición.

Las denuncias, que a diferencia de las reclamaciones tienen como objetivo defender los intereses generales y no los individuales, se presentaron en mucho menor número. En concreto, fueron 797. En este caso, la primera posición la ocupan el sector de los juguetes y el los vehículos (ambos con 55) y seguidos por electrodomésticos (46).

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