Entrevista | Fidel Molina Fundador del grupo Comatel y de la cadena Myr Hoteles

"Hemos descartado la apertura de algunos hoteles en València por la burocracia"

"A pesar de la actual tasa de paro, no encontramos empleados. Estamos en una subasta en la que nos quitamos trabajadores unos a otros y nuestros costes han subido una barbaridad"

El empresario valenciano
Fidel Molina. | F bustamante

El empresario valenciano Fidel Molina. | F bustamante / ramón ferrando. valència

Ramón Ferrando

Ramón Ferrando

Su cadena ha superado con éxito la peor crisis que ha sufrido la industria hotelera en la historia. ¿Cómo hicieron frente a la pandemia?

Fue un momento muy duro, con unos gastos muy importantes. Nuestra suerte es que no estábamos endeudados y prácticamente no teníamos que hacer frente al pago de alquileres. No sabíamos qué hacer. Todos los empleados se encontraban en sus casas. Todos tenían problemas. Fueron unos meses de un estrés bárbaro. Algo increíble, angustioso.

Al menos ustedes tenían músculo financiero para aguantar.

Sí, gracias a la visión del grupo de juegos de azar hemos salido reforzados de la pandemia. Indiscutiblemente hay empresas que se han quedado por el camino porque fue un momento muy duro. Con unos gastos muy importantes y sin ingresos de ningún tipo. Nosotros tuvimos que cerrar cuatro hoteles en València con 150 habitaciones. Lo bueno es no teníamos costes financieros. Disponíamos de un músculo económico importante y, por lo tanto, en ese sentido solo fue cerrar las puertas y esperar que llegara un mejor momento.

Ese momento ha llegado en forma de reactivación del turismo. ¿Cómo está el turismo ahora mismo?

Nosotros estamos funcionando muy bien en este momento. El precio de las habitaciones ha subido por encima del 20 % y nos movemos con una ocupación media de entre el 80 % y el 90 %. Pero nuestros costes han subido por la inflación y nos enfrentamos a un problema importante de personal. Eso es lo que nos crea un mayor sobrecoste. No encontramos personal.

¿Cómo es posible que no encuentren personal con la actual tasa de paro?

Eso me pregunto yo. ¿Cómo es posible que no encontremos trabajadores con la tasa de paro que hay en España? Pues no encontramos perfiles de recepción, cocina o servicio de mesa. Estamos en una subasta. Los hoteles estamos en el juego de a ver si le quito el trabajador al otro y el otro se lo quita a otro. Los camareros y los cocineros no son fieles a sus empresas. Y esto es un desmadre. Ya no sabemos ni dónde nos encontramos.

¿Qué puede cobrar un camarero de media?

Puede estar ahora entre 14, 15 o 16.000 euros al año. Está lo que dice el convenio, pero luego existe una realidad marcada por la falta de trabajadores.

A lo mejor es un problema de salarios.

Esa es la misma respuesta que dio Joe Biden cuando los empresarios de Estados Unidos decían que no encontraban gente para trabajar. Biden les dijo: «Subidles los salarios». Entonces, ¿qué deberíamos de hacer? Subir los salarios y hasta dónde vamos a llegar si nuestros costes han crecido una barbaridad.

¿Cuántos proyectos hoteleros tienen ahora en marcha?

Tenemos dos. Hay uno en la avenida del Puerto esquina con Cardenal Benlloch que yo creo que va a marcar un antes y un después en la ciudad de València. Es en el edificio del antiguo centro de datos del Banco de Valencia. Tendrá entre 110 y 120 habitaciones. El proyecto ya está aprobado y en marcha. Es algo increíble. Va a estar en el segmento de lujo, en el de cinco estrellas.

¿Y el otro proyecto?

Otro hotel que tenemos en proyecto en la Gran Vía Germanías. Es un proyecto más pequeño. Tendrá entre 35 o 40 habitaciones. Estamos a la espera de la obtención de la licencia para empezar las obras. Será un establecimiento de cuatro estrellas superior. Todos nuestros hoteles van de ahí hacia arriba.

¿Cuándo van a abrir?

Espero que el de la avenida del Puerto esté listo en un año y medio y el de la Gran Vía Germanías abra dentro de un año y medio o de dos años.

¿Ve capacidad de crecimiento a València?

Yo creo que València no es en este momento absolutamente nada en comparación a lo que será en unos años. Estoy total y absolutamente convencido. València lo tiene todo. Todavía faltan 100.000 historias por explotar. Es una ciudad increíble. Yo he viajado por todo el mundo y no conozco nada similar a València. Yo creo que todavía está por descubrir. Y me dirán: «Está loco este tío. No sabe ni lo que está diciendo». Bueno, pues posiblemente me he vuelto loco, pero yo creo que no existe absolutamente un lugar en el mundo con toda la oferta que tiene València de cultura, gastronomía, clima y personas.

Su gran apuesta ha sido el hotel Palacio Valier en la plaza de la Virgen. ¿Cómo marcha?

Los clientes lo han aceptado de una forma bárbara. Nos hemos esmerado mucho en hacer las cosas de una forma diferente al resto de hoteleros. Nosotros creemos que lo hacemos dando un servicio fuera de lo normal. Una atención al cliente fuera de lo habitual. Ahí están la puntuación de ese hotel y los premios que ha recibido. La gente lo ha aceptado increíblemente bien. Tenemos un porcentaje muy elevado de repetición.

¿Qué precio medio tiene?

Tenemos días mejores y días peores. Pero estamos contentos con el funcionamiento que estamos teniendo. Es un hotel que se mueve entre los 200 y los 400 euros. Es un establecimiento de otro nivel. La media en València está en 100 euros la noche, pero nuestro hotel no tiene nada que ver. Estamos hablando de un hotel de 31 habitaciones de cinco estrellas de superlujo. Algo fuera de lo normal y con unos servicios increíbles. Está ubicado en un buen palacio y eso atrae a los turistas.

Ustedes han sufrido los retrasos administrativos con las licencias municipales de apertura. El caso más llamativo fue el bloqueo en la inauguración de su hotel en la antigua sede del PSPV en Blanquerías. ¿Qué está pasando?

No se puede tener meses paradas inversiones tan importantes. Cuando ponemos un hotel en marcha estamos dando trabajo a albañiles, electricistas, fontaneros, arquitectos e ingenieros. Ponemos todos los diferentes sectores de la economía en marcha. Algo está fallando. Nos quejamos del paro y las licencias están bloqueadas. No lo puedo entender.

¿Ha frenado la burocracia alguna de sus inversiones?

Sí que nos ha frenado la burocracia diferentes hoteles. Nos ha torpedeado y nos ha tenido parados. De hecho, algunos proyectos lo hemos tenido que descartar por culpa de la burocracia. Nos ha pasado con un proyecto en la calle Garrigues de València, por ejemplo. Estoy hablando de la compra de un edificio por unos 12 millones de euros más todo el desarrollo posterior. El Ayuntamiento de València sabe de qué estoy hablando. Ese es un ejemplo, pero nos ha pasado en más casos.

¿Cuándo van a salir de València?

Hemos tenido ofertas de diferentes puntos de España y no nos han convencido. De momento, estamos mirando. Estamos interesados en expandirnos. Pero, claro, las cosas que se nos han ido planteando no han estado en la línea que nosotros deseamos o dentro de los parámetros que nosotros nos marcamos. Por lo tanto, no hemos dado el salto, pero sí que hemos tenido reuniones. Hemos tenido muchas ofertas fuera, que hemos declinado. Hemos visto opciones en Madrid y estuvimos a punto de entrar en un proyecto de cinco estrellas en Almería.

Su grupo tiene una división de juegos de azar muy importante. ¿Qué problemas tiene el sector del juego en la Comunitat Valenciana?

Pues estamos teniendo un problema grave y es que hemos tenido anteriormente unos políticos que no tenían ni puñetera idea del juego. Vende muy bien el decir que el juego es malo y que los empresarios de juego son malos. Todo eso vende muy bien, pero es absurdo. No tiene ninguna lógica porque, si no, lo primero que deberíamos hacer es cerrar la Once, que es el mayor promotor de juego que hay a nivel nacional. Y después acabar con Loterías y Apuestas del Estado. Es una absoluta hipocresía. Es como con el alcohol o el tabaco. ¿Se puede entender que un vendedor de la Once esté en la puerta de un colegio o que mientras comes con tu mujer en un restaurante te ofrezca un Rasca que te puede dar un premio inmediato de 1 millón, 2 millones o 3 millones de euros? Dicen que hacen una labor social envidiable. Unas narices. Los políticos son unos hipócritas y venden humo porque el índice de ludopatía de la sociedad es prácticamente del 0,1 %.

¿Cómo empezó usted en el mundo de los juegos de azar?

Lo conocí por casualidad porque mis padres tenían un bar en Catarroja, en la calle de Alicante número seis. Se llamaba Bar Quijote. Allí descubrí las máquinas de juego que teníamos en el bar y vi que eran un negocio. Empecé a investigar y a trabajar desde abajo en ese sector. Al mismo tiempo, estudiaba en la universidad.

¿Usted juega?

No juego porque no me llama la atención. Yo sé cómo tengo que desarrollar una máquina. Sé qué tengo que hacer para que sea más atractiva. No juego ni al parchís ni a las damas ni al dominó ni a nada.