Las Rocas del Corpus salen a la calle entre algodones

La «Festa Grossa» celebra el 35 aniversario de su traslado al fin de semana, donde ha crecido exponencialmente pese a las reticencias iniciales

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

El Corpus es una fiesta que se caracteriza por su riqueza de elementos. Tanto, que a veces tienen mucho de «totum revolutum», casi indescifrable, en el que dragones, cabezudos, curas a caballo, señores con barba y cirio de gran tamaño, niños bailarines, vociferantes individuos vestidos de arpillera y armados con garrotes de plástico y carros se acumulan necesitados de una explicación a tanta metáfora. 

Siete siglos contemplan la festividad del Corpus y este año se cumplen 35 desde que, desde las altas instancias -el Ministerio de Trabajo-, se trasladó la festividad a fin de semana. Quedan muy lejos los tiempos en que esto provocó la protesta de Amics del Corpus, que escribió una carta a Clementina Ródenas solicitando el respeto por la jornada de jueves ante el temor de que la gente saliera de la ciudad. Lo que demuestra que hasta el más sabio puede equivocarse en el pronóstico, porque lo dudaban desde Josechu Rey de Arteaga a Antonio Ariño, Francesc Llop o Jaime Sancho, tal como reflejaba la prensa en 1989. La realidad es que, aunque haya gente que se va a la playa, y en un contexto, el actual, con los hábitos muy cambiados, el Corpus de València tiene un vigor extraordinario, mucho menos reconocido de lo que verdaderamente merece, porque su variedad folclórica está fuera de toda duda, la procesión es un derroche de fuerza civil y la Custodia, como elemento artístico, no tiene nada que envidiar a otras. 

Una asignatura pendiente

Y dentro de esa riqueza de contenidos, pocas hay tan propias como las Rocas. Y que, una vez más, la Festa Grossa no disponga más que de dos es una asignatura pendiente. Es verdad que los carros son de dudosa edad, que han sido sometidos a infinidad de remiendos -aunque algunos todavía conservaban hasta hace poco restos del barro acumulado en la Riada de 1957-, pero son un elemento distintivo como ninguno otro. 

Traslado desangelado

Ayer se llevó a cabo un desangelado ritual de traslado desde las Alameditas de Serranos hasta la Plaza de la Reina. Triste por escaso. El Santo Cáliz y la Virgen de los Desamparados fueron movidos a brazo por los voluntarios, miembros de Amics del Corpus plenamente reconocibles en todo tipo de fiestas, ante la sorpresa de un público masivo de viernes por la tarde. Son las dos únicas que pueden transitar mientras no haya voluntad (dinero) de empezar a pasar las demás por el taller y dejarlas nuevamente en condiciones. 

Y para ponerle suspense, la primera jornada. Por la mañana salieron a la calle, a las Alameditas de Serranos, para sorprender a las primeras oleadas de visitantes, aquellos que visitan las Torres de Serranos y aquellos que se bajan de los autobuses justamente al lado. Y nada más empezar a lucir se las tapó urgentemente. Chaparrón. No están como para, además, recibir un aguacero en toda la cara. Los operarios municipales les incorporaron unos «chubasqueros» para mantenerlos en buenas condiciones y evitar que la humedad se acumulara. 

Nueve carros con termitas

Y que haría juego con otro enemigo: las termitas comedoras de madera. Ayer, el ayuntamiento hacía balance de los trabajos contra las plagas y descubrió que nueve de los carros tienen -o tenían- termitas, tratadas a base de Rayos UV para evitar su crecimiento. Porque, además, la Casa de las Rocas está recién arreglada y sería entrar en un círculo vicioso trasladar el insectario desde los carros a las vigas y viceversa.

Y el cable para poner suspense

Y por la tarde se llevó a cabo el traslado a mano. Con cuidado. Evitando subirse a las aceras. Y cuando estaban llegando a la plaza... la Virgen no pasa. Un cable de luz recientemente instalado impedía el paso. Un operario, pértiga en la mano, deshizo el entuerto. Cientos de personas, entre sorprendidos y previstos, disfrutaron del curioso traslado, rematado con un pequeño concierto de tabal i dolçaina. 

Actos de hoy

Durante la jornada de hoy, las dos Rocas y los elementos procesionales, el «bestiario», quedarán a la vista de todo el mundo, con brigadas de monitores explicando el significado del dragón, la tortuga o las águilas. 

A las seis de la tarde se representarán los «Misteris» en la plaza -pequeños autos sacramentales- y posteriormente habrá un concierto de la Unió Musical d’Alaquàs, previo al nocturno, de la banda municipal de València, a las 23 horas, primo hermano del que se interpreta la víspera de la virgen. A medianoche, Amics del Corpus hará un poco el gamberro por las calles del recorrido, entregando los premios a unos balcones queyalucen ricamente engalanados. 

Se espera una afluencia masiva durante todo el fin de semana y prueba de ello es que hasta 142 agentes de la Policía Local tratarán de poner orden, especialmene el domingo por la mañana, cuando la concentración humana es mayor.