El Congreso aprueba la senda de déficit, que será rechazada por la mayoría absoluta del PP en el Senado

El Congreso de los Diputados ha aprobado este miércoles la senda de estabilidad para el periodo 2024-2026 -con los objetivos de déficit y deuda para Estado, autonomías, ayuntamientos y Seguridad Social-, que es el paso previo para la elaboración de los Presupuestos de 2024. Los objetivos de estabilidad propuestos por el Gobierno pasarán a partir de ahora al Senado donde previsiblemente será rechazada por la mayoría absoluta del PP ya que, en la votación de este miércoles ya han votado en contra.

El acuerdo del Gobierno con la senda de estabilidad ha sido aprobado por 179 votos a favor y 171 en contra (PP, Vox y UPN) en una segunda votación por llamamiento después de que la primera registrara un empate a 171 votos porque no votaron ni Junts (que ahora lo ha hecho a favor) ni, por error, un diputado de Sumar.

Junto con la senda de estabilidad, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha defendido el techo de gasto para 2024 -un máximo histórico de 199.120 millones, un 0,5 % más-, que no se somete a votación, así como el plan de reequilibrio para encauzar las finanzas hacia un objetivo de déficit del 3% del PIB, que también se ha aprobado por 179 votos a favor y 171 en contra.

La senda de estabilidad presentada por el Gobierno prevé reducir el déficit público al 3% del PIB en 2024, cumpliendo así la referencia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, y avanzar en esa corrección en 2025 (2,7% del PIB) y 2026 (2,5% del PIB). Según la senda descrita por el Gobierno, la deuda del conjunto de las administraciones bajará al 106,3% del PIB en 2024, el 105,4% del PIB en 2025 y el 104,4% del PIB en 2026.

Bloqueo en el Senado

Previsiblemente, la senda de estabilidad que sí ha logrado salir adelante en el Congreso de los Diputados encallará a su paso por el Senado, donde el rechazo de la mayoría absoluta del PP supondría su devolución al Gobierno, que tendrá que presentar una nueva propuesta en el plazo de 30 días.

El Gobierno defiende que la presentación de una segunda senda le permite presentar el proyecto presupuestario de 2024 incluso sin que los objetivos hayan logrado ser aprobados por el Senado.

En este caso, el Gobierno tomaría como base para la confección de los Presupuestos de 2024 la senda que remitió a la Comisión Europea en abril, dentro de la Actualización del Programa de Estabilidad. Aquella senda no varía el objetivo global de un déficit del 3% del PIB para 2024. Sin embargo, sí lo hace en la distribución por administraciones, lo que se traduce en unos objetivos más exigentes para comunidades autónomas (equilibrio en lugar de una décima de déficit) y ayuntamientos (dos décimas de superávit en lugar de equilibrio).

Durante el debate parlamentario de este miércoles, Montero ha echado en cara al PP que su eventual rechazo en el Senado a la senda de déficit y deuda que plantea el Gobierno se traducirá en una "mayor asfixia económica" para comunidades y ayuntamientos que la que propone el Gobierno, pues tendrán que ajustarse a unos objetivos que son aún más duros que los propios gobiernos autonómicos y locales han tomado como referencia en sus proyectos presupuestarios para 2024.

Tanto la senda de estabilidad como el techo de gasto son el paso previo a la elaboración de los Presupuestos de 2024 en los que el Gobierno "trabaja de forma muy intensa" para que lleguen "lo antes posible" al Congreso y que avanzarán en la "senda de progreso, apoyo al tejido productivo y apuesta por la reindustrialización inteligente", ha defendido Montero en la tribuna del Senado (donde se ha celebrado el debate, por estar en obras el edificio del Congreso). El propósito del Gobierno es aprobar un proyecto de Presupuestos en el primer trimestre del año.

El Gobierno pretende hacer compatible sus objetivos de política económica con la sostenibilidad de las cuentas públicas una vez que se restablecen las reglas fiscales europeas, ha añadido la ministra y vicepresidenta cuarta. Montero ha subrayado la apuesta por el equilibrio que el Ejecutivo ha mantenido incluso cuando estas reglas estaban suspendidas, ya que la titular de Hacienda espera cerrar 2023 con un déficit del 3,9% del PIB como se había comprometido con Bruselas.