La empresa castellonense IoTsens, que pertenece al grupo Gimeno, se ha convertido en una referente en la gestión de sistemas para ciudades inteligentes (smart cities). La firma tecnológica nació en 2013 para dar soluciones a la compañía de gestión de aguas del grupo Gimeno a través de la sensorización y monitorización de la red para controlar las fugas y mejorar la gestión. Poco más de tres años después ofrece todo tipo de soluciones tecnológicas basadas en el internet de las cosas (la interconexión digital de objetos cotidianos) como el control de la humedad de latifundios a través de sensores en la tierra o la medición del nivel de residuos en los contenedores de basura para gestionar las rutas de recogida. La firma acaba de firmar un contrato de comercialización en exclusiva con la multinacional de telecomunicaciones MTN Irancell para la creación de ciudades inteligentes en el país persa.

Ignacio Llopis, director de desarrollo de negocio de IoTsens, precisó que la empresa ofrece soluciones de hardware (sensores y maquinaria) y software (los programas de gestión) para mejorar la eficiencia de las empresas y de la Administración a través del internet de las cosas. «Empezamos con el agua para dar respuestas a las necesidades de la empresa del grupo que se dedica al suministro del agua. Gracias a la instalación de sensores en las tuberías logramos el control en tiempo real de una gran cantidad de datos como la temperatura, la velocidad del caudal o el nivel de residuos», apuntó. La firma descubrió en ese momento el potencial del internet de las cosas para múltiples campos como la industria, la agricultura o la gestión de las ciudades inteligentes.

Las soluciones de IoTsens se aplicaron por primera vez de forma global en el proyecto Castelló Smart City, desarrollado en el barrio surgido en el PAU Gumbau durante el boom inmobiliario. El barrio es una zona de 220.000 metros cuadrados donde viven 8.000 personas y el proyecto integra 25 sensores diferentes que miden y controlan parámetros como el nivel de llenado de los contenedores, la humedad del suelo, el riego de los parques y jardines, la luminosidad, el caudal de las tuberías, el ruido y la calidad del aire.

La intención inicial de la compañía era desarrollar este tipo de proyectos en España, pero los retrasos en el desarrollo de las ciudades inteligentes hizo que tomara la decisión de dar un giro y cambió de estrategia para pasar a comercializar sus productos en el mercado internacional.

Uno de los primeros proyectos internacionales fue para la Compañía Nacional de Agua de Arabia Saudí. La iniciativa arrancó a mediados de 2015 y consistió en la colocación de sensores y contadores capaces de detectar a qué se había destinado el agua consumida por el usuario. «Fue el proyecto que nos puso en el mapa. El Rey quería saber en qué se gastaba el agua en las ciudades porque es un bien muy costoso. Había ciudades con consumos desorbitados y el objetivo con este sistema es concienciar a la gente para que realice un consumo racional», apuntó Ignacio Llopis.

La compañía ha vendido uno de sus sensores más innovadores al Ayuntamiento de Montevideo para mejorar el sistema de recogida de basura. «Es una tecnología de ultrasonido que mide el nivel de llenado de los contenedores de basura. La empresa que recoge los contenedores puede ver los que están al cincuenta por ciento y dar una prioridad a una ruta u otra. Es el propio programa el que crea rutas inteligentes y esto genera un ahorro tremendo», precisó el directivo de la firma. El noventa por ciento de la facturación de la compañía es en el exterior.