El mundo está en constante cambio. Sobrevivir a las grandes transformaciones y avances tecnológicos es una de las principales preocupaciones de las empresas. La relación entre las grandes empresas (corporates), startups y scaleups es esencial para aprovechar sinergias que les permitan ser más ágiles en los procesos de innovación. Así se podrán mantener las ventajas competitivas para seguir consolidando su posición en el mercado y diversificar hacia otros nuevos horizontes. Esta modalidad de innovación híbrida, a través de la cual las grandes corporaciones colaboran con las startups, se denomina corporate venturing.

Así se combina las acciones propias de investigación de las empresas con los procesos y dinámicas de innovación de las startups y del ecosistema emprendedor. Con ello, se pretende adaptar la cultura corporativa de las compañías focalizada hacia la transformación digital y nuevos ecosistemas. Asimismo, se potencia la creación y generación de talento joven, y se agilizan las metodologías de trabajo, permitiendo optimizar costes y procesos. Algunas de las herramientas más utilizadas estos procesos son las conocidas como hackatons, venture builder, partnerships, etc.

Las corporates se benefician de las startups ya que les permite captar talento, aprender y adaptar procesos de innovación de forma ágil, y utilizar su tecnología. A su vez, las startups pueden contar con los recursos, formación, experiencia, contactos y, en ocasiones, financiación que las corporates ponen a su disposición.

A pesar de lo anterior, el amor no siempre surge a primera vista y, como cualquier otra relación, hay ciertos riesgos que deben estar presentes de manera previa a formalizar cualquier tipo de colaboración. En este sentido, ambas partes deben estar alineadas, siendo conscientes de sus necesidades actuales y futuras.

Un proceso de corporate venturing requerirá de un soporte legal especializado que garantice en sus distintas fases la seguridad del proceso, la protección de los intereses en juego y el establecimiento de unas reglas claras que definan los objetivos y expectativas de las partes. Con ello, cabrá prestar especial importancia, entre otros, a los acuerdos de confidencialidad (NDA) a suscribir entre las partes, a las condiciones para participar en el proceso del corporate venturing, a las cartas de intenciones (term sheets) que regularán los compromisos y obligaciones entre las partes, a los acuerdos de cesión de derechos de propiedad industrial e intelectual, a las condiciones para el desarrollo de tecnología, etc.

En conclusión, la adaptación a los nuevos tiempos, es el gran reto para cualquier organización. No hay que perder el tiempo. El futuro es ahora. La combinación entre corporate-startup, bien definida, puede ser muy enriquecedora para ambas partes. Un win-win garantizado.