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OPINIÓN

Nadie, no hay nadie

Protesta contra las naranjas sudafricanas | Germán Caballero

Nadie del Ministerio de Agricultura se ha parado a pensar en la importancia económica y social del sector citrícola. Nadie, ni siquiera su titular el ministro valenciano de nacimiento Luis Planas, parece entender que si no se apoya a ese sector y se le deja caer, todo el tejido social y económico de numerosos pueblos estaría en peligro. Y no hablamos únicamente de que las exportaciones españolas sufrirían un retroceso bastante reseñable, sino que están en juego ya no solo puestos de trabajo directos sino también muchos indirectos. ¿Qué debe pasar para qué se le conceda la importancia que se merece? ¿Queremos destruir un sector puntero y desarrollar las importaciones procedentes de otros países? Desde la Comunitat Valenciana, tanto por parte de los distintos eslabones del sector del citrícola como desde la propia Generalitat, estamos hartos de lanzar SOS al Gobierno central para que apoye los cítricos, pero se sigue mirando hacia otro lado. Si pedimos que desde el MAPA se presione a Bruselas para que se considere a los cítricos como producto sensible en los acuerdos comerciales que se firman con terceros países, seguimos sin obtener respuesta y no sabemos cuáles son sus intenciones cuando ahora sería el momento propicio para solicitarlo. Si reclamamos a Madrid que se apoye a la Generalitat en su lucha en solitario -pese a la injusta financiación- contra la plaga importada del ‘cotonet’de Sudáfrica, con los hechos demuestran que no parecen estar por la labor de darle más sustento económico. No deberíamos olvidar que los números no engañan y por cada millón que se invierte en prevenir plagas citrícolas se evitan otros 100 millones en daños. Si queremos saber cuál es el posicionamiento del Gobierno español ante la inminente renovación del acuerdo de la UE con Sudáfrica, no lograremos ninguna respuesta. Si nos preguntamos por qué el MAPA no pide formalmente en Bruselas el tratamiento de frío para las importaciones de aquellos países con plagas, como a nosotros sí nos obligan, nos quedaremos sin saberlo. Si se dijo en su día que el Gobierno propondría una PAC con un acento más mediterráneo, ahora los hechos demuestran todo lo contrario. Más recursos económicos para el sector, un mayor control de las importaciones de terceros países para evitar la entrada de plagas, más investigación para la lucha biológica ahora que la retirada de productos fitosanitarios por parte de las autoridades comunitarias no tiene vuelta atrás ... las medidas parecen muy claras, pero el apoyo del Gobierno central no llega o al menos no lo vemos como sería deseable.

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