Según el VPH Institute, la medicina in silico aplica réplicas digitales personalizadas en el abordaje de enfermedades (prevención, diagnóstico, pronóstico y tratamiento) y en el desarrollo de productos biomédicos. Ofrece una nueva visión de la salud más preventiva, eficiente, ágil y sostenible, favoreciendo la investigación, el desarrollo y la innovación. Destacan los avances en áreas como el diagnóstico por imagen, el desarrollo de medicamentos, la medicina regenerativa y la medicina de precisión. Los ensayos clínicos in silico permiten reducir el alcance e impacto de los ensayos clínicos tradicionales, disminuyendo la necesidad de experimentar con animales y personas, con ahorros de un 30 % en el desarrollo de nuevos medicamentos. La compañía tecnológica Google ha creado Isomorphic Labs para descubrir nuevos fármacos mediante inteligencia artificial, apoyándose en DeepMind (también del ecosistema Google). El proyecto europeo SIMCor proporciona a los fabricantes de implantes cardíacos una plataforma tecnológica abierta en la nube para realizar test in silico para acelerar el desarrollo y el cumplimiento normativo de estos dispositivos. La medicina in silico mejora también la seguridad de los pacientes. La empresa Depuy Synthes (grupo Johnson & Johnson) desarrolló un simulador virtual para limitar los riesgos de calentamiento en resonancias magnéticas a pacientes con sus implantes de columna. La firma Novadiscovery generó un modelo de la hepatitis B crónica para predecir la eficacia de ciertas combinaciones de fármacos. El Joint Research Centre de la Comisión Europea ha validado in silico un método de detección de la variante ómicron del SARS-CoV-2. El proyecto Blue Brain –liderado por la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza)– es pionero en «neurociencia de simulación» y pretende crear un modelo digital del cerebro de un ratón, con todas las neuronas (100 millones) y sinapsis (1 trillón). La medicina in silico nos va a permitir profundizar en la comprensión de la estructura y funcionalidades de organismos y órganos complejos. También impulsar la innovación en fármacos y productos sanitarios, con menores costes y riesgos para las personas.