El emprendedor Salvador Guill ha lanzado en València un nuevo concepto de restaurante de comida rápida con perritos calientes premiun con la marca 'Not for dogs' (no para perros). Guill testeó su producto con el servicio de entrega a domicilio y tras constatar que había un nicho de negocio abrió su primer local en la avenida Blasco Ibáñez de València (en busca de la clientela universitaria) y tiene intención de poner en marcha el segundo a principios de 2023.

El plan de negocio que se ha marcado (con la ayuda de Lanzadera) tiene como objetivo final montar una cadena de restaurantes. El joven estudió en la escuela de negocios EDEM y está poniendo en práctica el proyecto que desarrolló en su trabajo de fin de grado. «Me interesaba el sector de la hostelería, pero tenía reparos a hacer una gran inversión de inicio. Busqué un nicho de negocio con menos riesgo y me di cuenta de que en España no hay cadenas de venta de perritos calientes porque se tiene la percepción de que no es un alimento de calidad».

Guill probó setenta salchichas hasta que encontró una preparada al 100 % con carne de vacuno de Chicago. «Yo huía de las salchichas ultraprocesadas, que es lo que se vende en los supermercados por muy bajo precio. He apostado por una carne de calidad que importo directamente de Chicago y que servimos en un tamaño de 21 centímetros y 130 gramos de peso», precisa.

Guill lanzó el proyecto a principios de 2021. Durante unos meses estuvo preparando él mismo las salchichas en su piso de estudiantes con la ayuda de un compañero (cocinaban entre 50 y 60 cada fin de semana) hasta que comprobó que había mercado y dio el salto a una cocina ciega (para la venta a través de reparto a domicilio) del centro de València. Una vez que el negocio fue creciendo abrió el primer local en el área de la capital del Túria donde más pedidos recibía (la zona universitaria). Desde la apertura del restaurante en febrero de este año, la facturación de Not for dogs aumenta un 10 % al mes. «Mi objetivo es crecer a través de locales propios sin franquiciar para mantener la calidad del producto», asegura. Cada perrito, que se sirve con pan estilo brioche y condimentos, cuesta unos ocho euros. «A nivel nutricional y de salud no tienen nada que ver con los típicos perritos. Nuestra ternera no es carne procesada», aclara.