Juegos para combatir el fracaso escolar por culpa de la dislexia

La firma valenciana Reddu ayuda a escolares con problemas de lectura y centros educativos a mejorar el rendimiento

Juegos para combatir el fracaso escolar por culpa de la dislexia

Juegos para combatir el fracaso escolar por culpa de la dislexia

Ramón Ferrando

Ramón Ferrando

El 65 % de los escolares que abandonaron sus estudios el año pasado tenían problemas de lectoescritura, la mayor parte provocada por la dislexia. La empresa tecnológica valenciana Reddu ha diseñado un sistema para ayudar a esos escolares con problemas y a los centros de estudios a mejorar el rendimiento a través de juegos y trabajos de corrección. Los fundadores de la empresa emergente son Pau Font y Gerard Soldevilla, dos emprendedores que descubrieron el problema y la falta de herramientas eficaces para resolverlo. Pau Font fue diagnosticado de dislexia en cuarto de Primaria y con los años se dio cuenta de la falta de herramientas eficaces para tratarla. «Cuando los alumnos llegan a secundaria no hay nada. A mí me diagnosticaron la dislexia en cuarto de primaria, pero al 90 % de los afectados no se le diagnostica. Los estudios apuntan que entre un 10 % y un 15 % de los hispanohablantes tienen problemas de dislexia», señala el cofundador de la empresa.

«Nosotros intentamos ayudar a que menores de más de doce años mejoren sus problemas de dislexia a través del juego», aclara. Reddu ha diseñado juegos que permiten detectar las carencias del estudiante por medio de tareas entretenidas. «Somos como el Duolingo (la plataforma de aprendizaje de idiomas) del juego. Tenemos un sistema de inteligencia artificial que permite adaptar los manuales de estudios y los exámenes a los disléxicos», asegura. Es decir, la plataforma de Reddu ofrece dos herramientas esenciales: el juego para identificar las carencias y la adaptación de los manuales de estudios y los exámenes.

Pau Font subraya: «Nuestro objetivo es intentar acabar con el fracaso escolar a medio y a largo plazo y que el sistema educativo se adapte a las necesidades de los estudiantes con problemas con la lectoescritura».

La firma ha entrado en Lanzadera, la aceleradora de empresas emergentes del presidente de Mercadona, Juan Roig. «Gracias a su ayuda estamos puliendo el modelo de negocio, que se basa en suscripciones», aclara el cofundador de la firma con sede en València. La compañía, que cuenta con el apoyo de cinco consultores expertos en dislexia, lanzó su primer producto en diciembre y está empezando a facturar. La firma está trabajando en tres proyectos piloto con sendas escuelas de Barcelona y acaba de cerrar otro con un centro educativo de Madrid. «Nuestro objetivo es trabajar el próximo curso con diez escuelas y ochenta alumnos con problemas de dislexia», aclara el emprendedor Pau Font.