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La hora de los debutantes

De la "España vacía" a la campaña socialista

Ana Domínguez llegó a València para estudiar desde un pueblo de 120 habitantes de Cuenca - Reivindica el futuro de los jóvenes en política

De la "España vacía" a la campaña socialista

Ana Domínguez (Cuenca, 1994) es una mujer ordenada. Aunque estaba predispuesta genéticamente, por vía paterna y materna, a terminar en el partido del puño y la rosa, decidió acabar la carrera, graduada en Económicas, antes de dar el paso. Básicamente, por responsabilidad. «

Ahora, en realidad, no es el momento. Esta joven de 24 años, que se ha convertido en la persona de confianza del jefe de gabinete del Palau para elaborar el programa electoral del PSPV, no llegó a València hasta tercero de la carrera.

Domínguez es ajena a familias políticas en Blanqueries. La suya milita en Carrascosa de Haro, un pequeñísimo pueblo de Cuenca con 120 habitantes y apenas una línea en la wikipedia. ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? «Los dos primeros años de la carrera los hice en Albacete. En Cuenca habia ADE, no Economía. A mitad de la carrera vi que la ciudad se me quedaba pequeña, que iba a ser dificil encontrar trabajo, y me vine a València», cuenta.

Pese a estar centrada en los estudios, no dejó de pensar en la política. Su trabajo de fin de grado (TFG), de hecho, abordó la financiación autonómica, cuenta entre risas. Recuerda que un tutor no fue especialmente agradable: «¿Qué quieres, solucionarla tú? No te pongas tan pesada», le espetó. «Es un tema para ser pesada, estamos hablando de la sostenibilidad de los servicios públicos, no es un tema baladí», defiende. Tras entregar el trabajo, se afilió.

Menos de dos años después, dejaba su empleo como analista de riesgos en la aseguradora francesa de credito Coface y aceptaba la oferta del PSPV para entrar en plantilla, concretamente en el área de argumentarios.

Domínguez, que no desaprovecha oportunidad para volver a casa, lleva a cuestas como un temor antiguo el abandono del interior, el olvido de «la España vaciada» que se ha colado en esta campaña electoral. Le angustia, reconoce. Hay algo 'delibesiano' en ella, que hace de lobby de esa España, que también habita en el interior de València o Castelló.

«Me dicen que insisto mucho, pero he visto los problemas que tiene mi familia y que he tenido yo, problemas para promocionar en cualquier ámbito», asegura Domínguez, que estudió en un colegio rural agrupado, con chicos varios años mayor, es oriunda de un pueblo sin cajero, y teme por la falta de servicios tan básicos como la asistencia sanitaria.

La joven economista, que vive su primera campaña en retaguardia, celebra aprender cosas cada día, entre otros, de la mano de Arcadi España, director del Gabinete del presidente. «Lo que más he aprendido de él es su capacidad de escuchar a todo el mundo», señala. Pero también lamenta «la crispación» en la confrontación entre partidos. «El ruido confunde a la gente, al final se oyen pocas propuestas», opina sobre la campaña.

¿Hay futuro para los jóvenes en política? «No creo que la gente joven no esté interesada: no hay más que ver las redes sociales. El problema es que los jóvenes le han perdido la confianza como instrumento para cambiar la sociedad. Igual ven más útil manifestarse. Se interesarán en la política si ven que la política se interesa por ellos. Hay muchos jóvenes encabezando grandes movimientos que están en el orden del día como el cambio climático. No confiar en nosotros es un error». Palabra de veinteañera.

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