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El bloqueo a Morera abre la presidencia de las Corts a Podem

La asignación a los morados de la segunda autoridad les dejaría con opciones de solo una conselleria y evitaría repetir una Mesa provisional como en 2015 - Las discrepancias en Compromís sobre Morera y la falta de nombres alternativos atascan el acuerdo

Enric Morera, presidente en funciones de las Corts, se saluda con Ximo Puig en el Palau por el Día de Europa. germán caballero

A seis días de que se constituya la Mesa de las Corts, lo que implica la elección de la Presidencia del parlamento valenciano, las negociaciones entre Compromís y PSPV han entrado en un bucle. Tanto que la situación de bloqueo ha abierto las puertas a que el tercer actor de esta suerte de bodevil, Unidas Podemos, acabe aportando desde sus filas la segunda autoridad de la Comunitat Valenciana. La opción está encima de la mesa y está siendo evaluada tanto por los socialistas como por un sector de Compromís. El origen de empezar a vislumbrar la posibilidad de que los morados accedan a este puesto no sería, con todo, fruto de un acuerdo buscado o meditado, sino más bien de la necesidad de evitar la imagen de juego de sillones de nombrar, como ocurrió hace cuatro años, a un presidente o presidenta provisional. Fue lo que ocurrió en el primer Botànic. Un socialista (Francesc Colomer) fue elegido provisionalmente como presidente de las Corts en espera de que Compromís aceptara a Puig como jefe del Consell y después ocupara este cargo. El nombramiento se hizo con toda la pompa y platillo, aún a sabiendas de que Colomer sería el presidente de las Corts más breve de la historia. Exactamente 20 días desde que fue nombrado y hasta que dimitió para ceder el sillón a Enric Morera.

Las circunstancias de ahora son bien distintas. PSPV y Compromís son socios de gobierno y el primero ha sacado una mayoría suficiente (en escaños) como para que sea incuestionable que será Puig y no la vicepresidenta de Compromís, Mónica Oltra, quien ostente la jefatura del Consell. Compromís se resiste a admitirlo públicamente, como el PSPV ha solicitado con el fin de que la votación de las Corts del día 16 se pueda hacer con vocación de permanencia.

Sin embargo, todo apunta a que en esta ocasión, el problema de Compromís no es que no tenga claro que la pelea por la presidencia de la Generalitat carece de sentido, sino que existen discrepancias internas en su seno sobre quién debe ser la persona idónea en presidir las Corts. De hecho, en las filas socialistas se empieza ya a asumir que habrá que volver a hacer un paripé en la institución y elegir un cargo (socialista) para unos cuantos días mientras se espera el pacto del nuevo Gobierno así como las presidencias de las diputaciones. En principio, el Bloc, mayoritario en Compromís, apuesta por la continuidad de Enric Morera (también es el favorito de los socialistas), pero, según las fuentes consultadas, Iniciativa (la segunda pata de Compromís) no está por la labor de facilitar su continuidad.

Cabe apuntar que en Compromís existe un difícil juego de equilibrios entre ambos partidos. El Bloc es mayoritario pero la influencia de Oltra y su liderazgo es indiscutible. Sin ella, la marca pierde. Además, son ella y su entorno (procedentes de Iniciativa) quienes han controlado la administración, por lo que los números no son lo único que cuentan a la hora de decidir qué pata debe tener más peso en la elección de la presidencia de las Corts.

El discurso de Compromís es que todo es posible. También la presidencia de Podemos en las Corts. Insisten en que el acuerdo ha de ser global, no la Mesa por un lado y el gobierno, por otros. «No puede ser a trocitos», señalaba ayer un dirigente.

Ante esta situación, los socialistas creen verse abocados a proponer a uno de los suyos para presidir la Cámara, aunque sea para después cambiarlo y cederlo a Compromís una vez se hayan puesto de acuerdo internamente. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, confesó ayer abiertamente en declaraciones a los medios que no le gustaría esa provisionalidad. Algunos cargos admiten en privado que repetir una escena así sería «impresentable» ya que denigra la institución. Sin embargo, los socialistas aseguran que si Compromís no pacta un nombre antes del 16 de mayo están condenados a un nombramiento temporal.

Y es en este punto donde la opción de Podemos cobra sentido. Sería la solución de urgencia con efectos positivos tanto para el PSPV como para Compromís. En reparto de conselleries, Unidas Podemos, si se hace con la presidencia de las Corts, debería conformarse con un sólo departamento. Menos cesión para los actuales socios de Gobierno que, aunque se miran de reojo, están acostumbrados a convivir.

Una mujer para presidir las Corts

Fuentes del entorno de Presidencia indicaban ayer que aceptarían que Unidas Podemos presida las Corts, aunque mantienen la preferencia por Morera al entender que una legislatura tan turbulenta como la que se avecina requiere a una persona experimentada, con mano izquierda y posibilidad de generar consensos.

El veto a Morera por parte de un sector de Compromís complica la situación. Oltra y su entorno insisten en que «el qué» es lo primero, pero en el caso de las Mesa de las Corts, sólo «el quién» está en juego. En esta tesitura, hay también quien apuesta por un relevo de Morera para proponer a una mujer. El Botànic ha tenido a gala ser el primer Gobierno paritario, si bien el nivel de primeras autoridades ha sido dominio de los hombres: presidencia de las Generalitat, de las Corts, de las diputaciones y hasta la delegación de Gobierno.

Compromís podría jugar la baza de la democracia paritaria y proponer a una mujer para presidir las Corts y ser la segunda autoridad. No sería una cuestión de romper un techo de cristal porque ya ha habido dos mujeres al frente del Parlamento (Marcela Miró y Milagrosa Martínez) a instancias del PP, si bien sería una manera de reforzar el compromiso por la igualdad y por visibilizar el poder de las mujeres. Además, es un argumento de calado para justificar el relevo de Morera, cuya relación con Oltra está muy deteriorada.

El problema es que, como ocurre en Podemos, la importante renovación en los respectivos grupos hace que sea complicado encontrar alguien con experiencia y con un perfil institucional como el que se requiere para presidir la Cámara autonómica, que debe estar constituida el 16 de mayo, en menos de una semana.

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