«La inteligencia artificial en el empleo es la nueva revolución industrial»

En un panorama en el que la IA ha irrumpido en el panorama laboral, analizamos con dos expertos en la materia los beneficios y las oportunidades de aporta esta tecnología, además de los retos y desafíos que plantea

Estudiante usando ChatGPT, una aplicación de Inteligencia Artificial, en una imagen de archivo.

Estudiante usando ChatGPT, una aplicación de Inteligencia Artificial, en una imagen de archivo. / David Revenga

Sara García

Sara García

La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en el mundo laboral y ya ha empezado a transformar el empleo. Aunque en muchos este nuevo paradigma se pueda ver como una amenaza, la IA también aporta beneficios y oportunidades para los trabajadores y las trabajadoras y para las empresas. 

«El enfoque positivo o negativo de la inteligencia artificial va a depender de cómo se utilice y, por tanto, puede haber oportunidades, igual que puede haber riesgo», afirma Adrián Todolí, profesor de Derecho del Trabajo de la Universitat de València (UV). «Hay trabajos que pueden ser pesados, aburridos o repetitivos y que no aportan valor añadido, esos trabajos se pueden automatizar y dedicar más tiempo a tareas que realmente aportan valor añadido como personas», explica Todolí.

Además, el catedrático apunta que, en general, «van a aparecer nuevas profesiones que antes eran demasiado caras y que gracias a las IA se van a poder realizar». «Es difícil prever esto, pero es lo que siempre ha pasado con la tecnología, que permite abaratar costes y expandir las posibilidades de empleo en nuevos sectores», añade. 

«Estamos inmersos en una nueva revolución industrial en la que se van a cambiar las reglas del juego», declara Javier Palanca, profesor del depatamento de Sistemas Informáticos y Computación de la UPV e integrante del Instituto Valenciano de Investigación para la Inteligencia Artificial (VRAIN). «Además de crearse nuevos empleos, la IA va a estar presente de forma transversal en todos los los trabajos, por tanto toda la sociedad vamos a tener que adaptarnos a esta nueva tecnología», revela Palanca. No obstante, como en la revolución industrial, «se destruirán puestos de trabajos que ya no sean necesarios, pero habrá que reinvertarse y adaptarse a la novedad». 

En este sentido, Adrián Todolí pone el foco en cómo se va a utilizar la IA en las empresas. «Actualmente se está pensando en el corto plazo de la IA y eso pasa por automatizar tareas, que solo sirve para abaratar costes y destruir empleos, pero hay que pensar en el medio o largo plazo, que consiste en utilizar la inteligencia artificial para mejorar las capacidades humanas». explica. «Si en vez de pensar en abaratar costes pensamos en conseguir productos o servicios de mejor calidad, realmente ganaremos como sociedad», manifiesta Todolí. Palanca añade que el éxito de la IA se basará en la «supervisión humana». Un ejemplo ilustrativo de esto es el uso de la IA que ya se aplica en medicina, en la que esta herramienta ayuda a los médicos a diagnosticar mejor gracias a la lectura de radiografías.

Todolí plantea que la administración pública incentive mediente su legislación a que las empresas se centren en la tecnología de las capacidades humanas.

¿Qué estudio?

En el contexto de la IA en el entorno laboral, surge una preocupación añadida a la de si nuestro trabajo está en riesgo, y es: ¿Qué puedo estudiar que tenga futuro en este panorama inminentemente tecnológico? «Esta es una preocupación totalmente legítima, estamos en un periodo de cambio en el que no sabemos qué va a sustituit la IA y qué va a tener más futuro», expresa Adrián Todolí. Por su parte, Javier Palanca indica que quienes van a tener que hacer un cambio son los sistemas educativos, ya que la IA va a estar presente en todas las áreas y más que el «qué» estudiar, va a ser más importante los contenidos que tenga cada carrera o formación sobre tecnología. «Cómo estamos en la revolución, no sabemos de aquí a 20 años qué es lo que va a pasar, pero si que tenemos que empezar a adaptarnos desde ya».

«No hablamos de que todo el mundo tenga que saber programar, de hecho, uno de los trabajos que puede peligrar es el de los programadores ya que el lenguaje informático es el que la inteligencia artificial más conoce, mejor que el lenguaje humano. Por tanto, contra todo pronóstico, la IA podría sustituir ese tipo de trabajos más fácilmente, y tendrán que reinvertarse para no desaparecer», aclara Todolí. Por este mismo motivo, Palanca anima a elegir los estudios según las inquietudes de cada persona y que sean las universidades quienes se adapten a esta situación. 

«Además, en ámbitos concretos como la seguridad en el trabajo, la inteligencia artificial aporta numerosos beneficios, ya que la IA va a poder controlar que se eviten accidentes. Ya existen sistemas de alerta cuando un conductor de camión o coche se duerme, para que te avise para despertarte o directamente que no te duermas. Esto mismo puede pasar en una fábrica para evitar que una máquina provoque daños a las personas», expone Todolí.  

A pesar de todos los retos y desafíos que implica esta revolución, los expertos instan a que si la IA se utiliza bien, con supervisión de los humanos y no como sustitución, puede aportar enormes beneficios al empleo.