Críticas cruzadas

El PSOE se defiende y replica a González y Guerra: "Los desleales son ellos"

Santos Cerdán y Ábalos cargan contra los exdirigentes, a los que tildan de "desleales" por no respetar las resoluciones del partido y exigen que "se respeten a sí mismos y a su legado"

Carmen Calvo critica duramente a Guerra por sus palabras sobre Yolanda Díaz: "Se lo tiene que hacer mirar"

Los socialistas reaccionan a las acusaciones de Guerra sobre Sánchez.

Agencia ATLAS

Paloma Esteban, Isabel Morillo

El PSOE de Pedro Sánchez se defiende. Diputados socialistas no han tardado en reaccionar a su llegada al Congreso a los durísimos reproches que Felipe González y Alfonso Guerra lanzaron ayer durante la presentación del libro del exvicepresidente del Gobierno en Madrid, en la que llamaron "disidente" al presidente en funciones por los cambios de opinión que le han llevado a abrirse a una amnistía ahora cuando hace solo unos meses decía que no cabía en la Constitución.

El secretario de Organización, Santos Cerdán, evitó titubeos tildándolos a ambos de "desleales" por no respetar las resoluciones aprobadas por las siglas. En los pasillos de la Cámara Baja, el 'numero tres' del PSOE se refirió a las declaraciones de Guerra, secundadas también por González en el Ateneo de Madrid: "Desleales son los que no respetan las mayorías del partido, ¿no?. Yo creo que en 2016 hubo una decisión de los militantes, que fue refrendada en el 39º y el 40º Congreso del PSOE, y esa es la voluntad y la palabra del Partido Socialista".

Santos Cerdán aseguró que su formación "respeta" a los exdirigentes, "pero no es la decisión del Partido Socialista, y no como antes, sino como ahora, los militantes pueden elegir". Con esa frase también quiso dejar claro que los militantes socialistas serán consultados con lo que se acuerde para la futura investidura de Sánchez y podrán pronunciarse en ese momento.

Precisamente, este miércoles, casi al mismo tiempo que transcurría la intervención de González y Guerra, Sánchez aseguraba en su comparecencia desde Nueva York donde asistía a la Asamblea General de las Naciones Unidas, que "las conversaciones son discretas, pero los acuerdos públicos". También confirmó que una vez fracase la investidura de Alberto Núñez Feijóo y reciba el encargo del Rey, "hablará con total franqueza" a los españoles.

El número tres del PSOE no fue el único que cargó duramente contra los exdirigentes en el pleno del Congreso. También el exministro José Luis Ábalos pidió a ambos "respetarse a sí mismos" y que a partir de ahora sean igual de leales de lo que reclamaron ellos en su momento a otros. "Hay que saber cuando conviene expresar una opinión, en qué marco y a quién sirve", dijo poniendo el foco en lo que muchos otros piensan dentro del PSOE: que en este momento esas declaraciones hacen mucho daño a Sánchez y actúan en beneficio del PP. El líder de los socialistas en Andalucía, Juan Espadas, también aseguraba en TVE esta misma mañana que daba la sensación de que González y Guerra podían jugar "a una estrategia de desgaste" contra el presidente en funciones.

El exministro de Transportes, que salió del gabinete de Sánchez en la remodelación 2021, insistió en que lo que toca "simplemente es aplicarse lo mismo que hubiera pedido en otro momento para sí" y, por otra parte, respetar "un legado tan importante como el que representan".

En el caso de Carmen Calvo, cuya voz se ha escuchado mucho estos días por haber insistido en su etapa como vicepresidenta en la inconstitucionalidad de la amnistía para los dirigentes independentistas, también cargó contra Guerra pero por sus declaraciones en una televisión este jueves por la mañana sobre la vicepresidenta Yolanda Díaz, de la que dijo que va "de una peluquería a otra". "Lo que pienso de lo que ha dicho Alfonso Guerra sobre una mujer en política es absolutamente detestable. Que se nos juzgue por el pelo en vez de por las neuronas. Alfonso Guerra se lo tiene que mirar", zanjó.

"No asumen que perdieron las primarias"

También desde la vieja guardia, el histórico socialista andaluz Luis Yáñez volvió a criticar públicamente al expresidente del Gobierno y su número dos, como ya hizo tras el premio recibido por González en Sevilla la pasada semana, cuando el PP andaluz al completo fue a arroparlo y loar su figura política. En esta ocasión, Yáñez, que ha sido amigo personal de González y es uno de los que salen en la famosa ‘foto de la tortilla’ que marca toda una generación del PSOE en la Transición, asegura que “la posición de ambos exlíderes, los conozco bien, insisto, nace de su amor propio herido, de no ser ellos quienes protagonicen este crucial momento, que no sean consultados por Pedro, que no se resignan al paso del tiempo…”.

Felipe González aludió durante la presentación del libro en el Ateneo a las críticas de “amigos del alma” por recoger en Sevilla un premio en un acto con el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, y el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ambos del PP. “No los he puesto yo. Dicen que le hago el juego a la derecha. Insisto: no los he puesto yo en los cargos”, dijo el expresidente aludiendo a las críticas de amigos desde la juventud como Yáñez.

El exdiputado sevillano cuenta el origen político con González y Guerra (“los tres entramos en las juventudes socialistas hace 60 años y durante diez años formamos un trío inseparable en Sevilla y organizamos al PSOE en Andalucia y nos rebelamos contra el inmovilismo de Llopis -el viejo secretario general-”).

“Nuestras diferencias políticas”, narra, empezaron con las primarias de Borrell y Almunia. “Fue entonces cuando me di cuenta que mi amigo Felipe empezaba a perder sentido de la realidad española, tendencia que se acentuó cuando años después no apoyó a Rodríguez Zapatero y aún mucho más, cuando surgió Pedro Sánchez y Felipe y Alfonso apoyaron pública y espectacularmente a Susana Díaz, cuando era clarísimo el apoyo de las bases del partido a Pedro Sánchez. Nunca le han perdonado que les ganara democráticamente en las primarias. No fue Susana solo quien perdió, perdieron Felipe y Alfonso”, señala en su escrito. “El riesgo político de España está en otro lado, en la creciente entrega del PP a las posiciones de Vox. Ese es el peligro y no otro”, concluye.