Dentro de las figuras que más van a llamar la atención en las fallas de 2016 está, sin duda, el remate de Na Jordana, en el que se plasma un gesto tan natural y habitual como complicado de representar en escultura: un beso. La comisión del Carmen ha convertido esa muestra de cariño en el hilo argumental de la falla y de todo lo que se ha movido a lo largo del ejercicio.

En el remate, una pareja se está besando. No es «de tornillo». A mitad camino entre el «pico» y el beso en la mejilla. Para representarlo, el taller de José Lafarga tuvo que ingeniársela. Es un gesto muy arriesgado. Tanto, que puede arruinar la estética de la falla. Aunque no necesariamente decisivo: los más veteranos en esta demarcación recuerdan la falla de 1990, un puente con dos figuras dándose un abrazo. Los falleros no quedaron nada convencidos de cómo quedaba resuelta... pero el jurado le concedió el primer premio.

Más de un cuarto de siglo después, la escena se ensayó meticulosamente. Tanto, que las dos figuras se encajaron en el taller de Lafarga. Casualidad o no, el ensayo tuvo lugar el día de San Valentín. A esas alturas, poco podría mejorarse, pero había que confirmar que lo previsto en la maqueta encajaba.

La figura tiene un secreto: si das un beso, la mejilla de quien lo recibe se contrae hacia atrás por la fuerza del besador. Para representarlo, la figura de la chica está, literalmente, agujereada.

Llama poderosamente la atención la pequeña muesca que tiene la figura y que contribuye a que el resultado sea más real.

¿Valorará estas aparentes sutilezas el jurado? ¿O influirán más otros aspectos? La solución llegará el día 16 por la tarde.