Las fallas no paran su calendario y entienden poco de nostalgias porque los acontecimientos se precipitan. Ayer, a las seis de la madrugada, con las cenizas aún calientes, empezaba el nuevo ejercicio con un primer movimiento social tan importante como el del brindar por el final del año y recogerle las cenizas a las falleras mayores. Empezaban las rebajas en el ramo de la indumentaria valenciana y cientos de personas emplearon el domingo de resaca y melancolía en adquirir artículos, sin importar demasiado el consumismo de los últimos días. Los desayunos previstos en la tienda de Álvaro Moliner se agotaron antes de que entrara una mínima parte de las clientas que acudieron durante toda la jornada, de tal forma que, para evitar colapsos, se organizó una cola que iba accediendo conforme salía alguna de las clientas.

Y esto, pese a que hay tiendas que ya han hecho rebajas o las llamadas «prerrebajas» antes incluso de que llegara la semana de fallas. ¿Qué se busca un 20 de marzo? «Fundamentalmente, telas. Nosotros tenemos una oferta que es la de cien cortes a cien euros. Pero no sólo eso: prácticamente todos los cortes de tela, de diferentes tipos, están rebajados». ¿Y qué tipo de falleras acude estos días? «Lo normal es que sean falleras mayores de 2017, que aprovechan este momento para hacerse con uno de sus primeros trajes para cuando empiecen el reinado. También hay gente previsora que sabe que serán falleras mayores dentro de dos años y que prefiere ir adquiriendo. El corte de tela de valenciana, aunque se renueve cada año, no pasa de moda y siempre va a ser bonito».

Las hay que se llevaban la tela bajo el brazo, pero otras se dejaban allí porque también comprometían la confección. «Algunas se van con la tela y volverán para confeccionarlo y otras, simplemente, lo dejan ya comprado y reservado y volverán más adelante». El sector de la indumentaria, sin estar en una situación excepcional, sí que parece haber superado el bache propio de la crisis económica.

El hecho de que ayer fuera jornada dominical deja para el día de hoy otro de los movimientos que suponen temporada alta: el de las tintorerías, que empezarán a recibir aquellos trajes que sufrieron algún tipo de mancha durante los días de fiesta. Este año, con la lluvia caída durante la Ofrenda, se prevé una buena remesa de trajes a los que habrá que adecentar los bajos, ennegrecidos por ello.