La serie de figuras de Playmobil que han aparecido en las calles de València, representando los nombres de las mismas junto a su placa de rótulo, tienen un marcado carácter de arte fallero. En origen porque el autor es Pau "Patufalla", artista callejero ha trabajado durante años en talleres falleros. Y en resultado, porque algunas de las creaciones tienen una indudable reminiscencia fallera. Por ejemplo, en la plaza de la Virgen, donde había una fallera con su ramo de flores (había porque fue arrancado).

Pero si hay uno, si se quiere, rebuscado, pero especialmente original, hay que acercarse al de la calle Maldonado. La representación Playmobil de la calle no tiene una figura vestida de época sin cabeza para representar al comunero decapitado en Villalar. Lo que aparece es una camioneta transportando un maniquí y, a su lado, un fotógrafo.

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¿Qué simboliza? Pues uno de los momentos más especiales de cualquier "plantà": el momento en el que las "góndolas" transportan la falla del Pilar, a la que se accede por Maldonado, que en ese tramo es un callejón estrecho. Se requiere de cierta pericia para que el vehículo pesado entre justo por el centro y que las piezas de la falla no toquen las fachadas. Ese momento es muy gráfico y son muchos los aficionados a las Fallas que esperan ese momento para inmortalizarlo.

Detalle de la representación de la calle Maldonado

La escena del vehículo está tratada con esmero, puesto que al vehículo no le falta ni la "cama", la base de madera necesaria para que el elemento en cuestión, en este caso el maniquí, no se pueda caer durante el transporte desde el taller.

La del Pilar es una plaza que se considera "agradecida" para plantar fallas. Es un cuadrado pequeño, en el que las fallas "crecen". Siendo, por definición, grandes o muy grandes, aún lo parecen más por estar en un perímetro angosto. Para entendernos, lo contrario que l'Antiga de Campanar, donde las obras se "empequeñecen" por estar en un espacio muy abierto. Pero lo que es indudable es que acceder con las piezas es especialmente complicado. Aunque, eso sí, deja estampas muy plásticas durante el crecimiento de la obra en la calle.

Este es el callejón por el que entran, todos los años, las piezas de la falla del Pilar