«No te puedes imaginar el calor que hace ahí dentro». Y, en algún momento, prácticamente todos los miembros del equipo de Vicente Llácer han pasado por ahí. Por el interior de la falla Sueca-Literato Azorín. Convertida en un infierno por la combinación entre los 30 grados, muchos más al sol y el revestimiento de corcho blanco. Y ayer tocaba trabajar en el interior del gran cuerpo central de «Metrópolis». La consecuencia: ver a los trabajadores, empezando por el propio Llácer, sudando la gota gorda, gordísima. «No es nada que no hayamos vivido otras veces en Alicante» asegura el artista, pero a la vez reconocía que las condiciones eran extremas. Además, sin esconderse del horario: la primera gran tirada empezó sobre el mediodía, en el momento cuando más pegaba el calor.
Sueca-Literato Azorín ha sido la primera falla que ha iniciado, tras «descarga» y «escampà», la tercera fase. La primera verdaderamente complicada: la «tirada de grúa». Que ha convertido también a esta falla en la primera en asentarse en el centro geométrico de las calles. Pisando, de hecho, la pintada de «Açí crema el cor d’una falla», rotulada el pasado mes de marzo.
Conflicto por un autobús
A partir de ahora empiezan las restricciones de tráfico. De hecho, la calle Sueca ya tiene, en su cruce con Los Centelles, la valla que, de momento de forma periódica, impide el paso. Que no impidió que se produjera un conflicto a primera hora de la tarde. Después que la plantà se estuviera desarrollando sin problemas y con el acceso cerrado, se presentó en la calle Sueca un autobús de la EMT. Ante la imposibilidad de pasar aparecieron varios agentes de la Policía Local, que instaron a que se moviera la falla para que pudiera pasar.
El presidente Pedro Luque fue testigo de primera mano lógicamente. «No es que tengamos los papeles en regla, que también. Es que el Bando de Fallas deja claro que el día 20, no el 21, ya se pueden izar las piezas con la grúa. El agente nos decía que su interpretación era que eso no debe impedir el paso». Se generó un verdadero conflicto en el que intervino el concejal Carlos Galiana. Aunque para entonces se había obligado a la comisión a mover una de las piezas grandes (el cuerpo central era imposible) para que el vehículo, con muchos problemas, pudiera pasar. «No había pasado ninguno por allí en todo el día. Además, hemos encontrado un tuit de la propia EMT recordando que esa línea ya está desviada». Anoche, la calle volvía a estar completamente cerrada al tráfico, al precio de «haber estado tres horas para convencerles».
La «plantà» continuó después y siguió creciendo el montaje. Esta liturgia es, si no sencilla, sí rutinaria: las piezas están aseguradas por bases de madera que hay que desatornillar, se les engancha la lazada y a volar, manejados los controles, como en esta ocasión, con un control portátil, como quien maneja un dron.
Pero la enorme singularidad de las Fallas de Septiembre empiezan a dejar también imágenes que no estaban en el guión. «Lo que pasa es que vamos con tiempo y se puede arreglar. El problema es cuando llega marzo, te llueve tres días y no te deja tiempo para reaccionar». En concreto, cuando se enderezó uno de los grandes bloques, Llácer y otro operario empezaron a separar la pintura. Se pelaba como el bañista confiado que se quema el primer día de verano. Es el resultado de la combinación de factores: «La pieza lleva mucho tiempo pintada, ha pasado épocas de humedad y, sobre todo, ahora que le ha estado dando el calor». La consecuencia: el suelo se llenó de lascas y empezó la labor de desconchar, masillar, lijar y repintar. Sin embargo, el factor verdaderamente peligroso estaba, de momento, solucionándose bien: encajar las piezas. Machos y hembras. Los «sacabutxes». Las piezas de madera van entrando.
Llácer se ha dado prisa porque tiene sus fallas propias y las ajenas. De momento, ésta y Duque de Gaeta «pero a la vez he trabajado para otros artistas y tengo que estar también con ellos estos días. Así que, de momento, vamos levantando ésta». Si trasladáramos las fechas a marzo, hoy sería un día 2. Muy pronto. Pero nada es igual en las Fallas de Septiembre.
