Uno de los debates más repetidos en la plástica fallera de las últimas décadas tiene desde ya un nuevo motivo para el debate. Si, desde su aparición, se ha cuestionado el "corcho blanco" y su posible efecto contaminante, por ser un derivado del petróleo, el artista Mario Pérez y la falla Pie de la Cruz han anunciado que serán los pioneros -por lo menos, son los primeros en anunciarlos- en utilizar una variante de este material, de origen vegetal.
Un "corcho ecológico", como lo ha calificado el propio artista, que es la línea NEOPS de la conocida multinacional Knauf, presente como proveedor de aislantes en millones de hogares, fabricante de todo tipo de envases y que surte a numerosos talleres falleros de su materia prima. Esta línea desarrollada por la empresa alemana genera un material, similar en textura, al habitual poliestireno expandido, pero usando como materia prima residuos vegetales. "Procedente de excedentes, limpiezas de jardines ramas y hojas". La empresa proclama que, al prescindir de recursos fósiles, "su huella de carbono es inferior a la del poliestireno expandido convencional, pero mantiene las mismas prestaciones", incluyendo el estar compuesta fundamentalmente por aire.
Curiosamente, Knauf destaca de este componente que "es un gran aislante y tiene gran capacidad para absorber los impactos" porque, obviamente, su empleo en la realización de fallas es una cantidad menor para lo que mueve en todo el mundo o incluso en su delegación en España. Pero que para los artistas es suficiente a la hora de plantear unas fallas similares en apariencia, pero más "verdes". Colabora en la idea la empresa Build me up-Mat in Mat, dedicada al fresado y escaneado digital, en la que participa, entre otros, el artista fallero Paco Belmar.
Este producto ya estaba en el mercado desde hace un año y tiene un aspecto y capacidad para el modelado igual que el tradicional y para el artista es un deseo: "que sea el principio de un nuevo material sin recursos fósiles".
NEOPS tiene un problema añadido en todo caso: es más caro que el "corcho blanco" tradicional, procedente de combustibles fósiles.
Debate interminable
No está garantizado, eso sí, que los monumentos no sigan teniendo humo negro, pero el debate sobre la contaminación quedaría muy atemperado. Sin que, a estas alturas, esté perfectamente definido, puesto que sobre el cartón también se ha cuestionado su toxicidad, al tratarse de un material muy reciclado, con numerosos residuos de todo tipo. De la misma manera que también se cuestiona la contaminación que genera la "cremà" teniendo encuenta que, en los días de Fallas, el volúmen de emisiones de gases nocivos en la ciudad baja notablemente al restringirse el uso de automóviles.
En cualquiera de los casos, la comisión de Pie de la Cruz, que recupera a Mario Pérez en su demarcación para 2022 (el año pasado plantó Borja Llorens con éxito clamoroso en forma de victoria), también proclama su "compromiso con el medio ambiente".
Debutante en grandes, infalible en infantiles
Mario Pérez debutará este año en fallas grandes y además, en la Sección Especial, formando equipo con ArtDeFoc (Enrique Iborra y Jesús de la Hoz), con motivo del 75 aniversario de la misms, y en la que lleva dos años plantando la falla infantil también en Especial. El pasado mes de septiembre consiguió el octavo premio en la categoría.
Debutante en 2013, Mario Pérez es uno de los grandes seguros de vida del elenco de artistas falleros infantiles. Tanto es así, que la totalidad de sus 32 fallas infantiles plantadas en València han conseguido premio, incluyendo nueve primeros premios y más de la mitad de su producción (18 de 32) en el podio. En Pie de la Cruz no es nuevo: ya le splantó cuatro fallas de 2015 a 2018, siempre con premios altos.
