Una lluvia de fuego despide a las Fallas de 2022
La humedad en el monumento provoca un alud de pavesas incandescentes en una cremà rápida y ágil
El gran oso polar que dominaba la falla municipal del Ayuntamiento de València ha terminado por derretirse. La alegoría sobre el cambio climático se ha visto acelerada por el fuego que ha consumido el monumento en menos de 10 minutos. Una cremà rápida y ágil pese a la intensa lluvia que ha caído durante algunos momentos de la noche y la humedad acumulada a lo largo de estos últimos días.
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El peor de los pronósticos de los Bomberos de València se ha cumplido. El agua sobre la masilla, la pintura y el porexpán del que están hechos los monumentos ha generado una intensa lluvia de pavesas, una suerte de "meteoritos" que volaban sobre la Plaza del Ayuntamiento y que ha provocado que los bomberos aconsejaran al público ponerse bajo techo.
Entre ellas, la propia corte de honor y la Fallera Mayor de València, Carmen Martín. Se encontraban en el balcón principal del ayuntamiento y cuando el fuego ha tomado forma se han visto obligadas a bajar a pie de calle, en una de las puertas del consistorio, para refugiarse del fuego que caía. Incluso a una de las integrantes de la corte le ha quemado parte de la falda del traje.
Todas ellas, visiblemente emocionadas pero contenidas, han coreado el Himno de València y abrazaban a Carmen Martín, que disfrutaba de su momento y del fuego que se llevaba su monumento.
Las pavesas sobre el suelo han dado un aspecto más poético si cabe al fin de las Fallas de la recuperación. El fuego ha consumido el monumento del artista valenciano Antonio Segura, Dulk, y del artista fállelo Alejandro Santaeulália rápidamente y de forma ordenada, prendiendo rápido el fuego del material pirotécnico que se había instalado en el interior.
Una cremà que ha distado mucho de la infantil, donde artistas y pirotécnicos se han desvivido por agilizar las llamas, que no había forma de que cogieran la madera húmeda por la lluvia.
166 kilos de pólvora para un castillo montado "con dificultades"
Los Hermanos Caballer han sido los encargados del castillo de fuegos artificiales que ha dado paso a la cremà, y los nervios eran evidentes. El encargado del disparo, José, reconocía a Levante-EMV apenas unas horas antes que había sido "más que complicado" la instalación del castillo con unas condiciones meteorológicas muy adversas.
El espectáculo pirotécnico, de seis minutos y medio, ha sido algo más corto porque un fallo ha impedido el desarrollo normal del disparo. A pocos segundos de terminar se ha interrumpido, y los últimos cohetes han salido cuando la falla ya ardía.