La Junta Central Fallera abrirá un proceso para aclarar la denuncia presentada por padres de candidatas a fallera mayor y corte de honor infantil contra el jurado, al considerar que, por acción o por omisión, tanto las niñas como los propios padres recibieron un trato «inadecuado» durante las pruebas que cribaron de 73 a 13.

Los progenitores presentaron el escrito el 8 de noviembre. De acuerdo con el Reglamento Fallero, Incidencias es la encargada de «intervenir y resolver los conflictos que pudieran surgir entre falleros en el ejercicio y desarrollo de sus actividades falleras», además de «emitir dictamen sobre cualquier consulta planteada a título particular por persona u órgano interesado».

Procedimiento habitual

Fuentes consultadas por este diario en la JCF confirmaron que el procedimiento seguirá el curso habitual en estos casos y que se estaban cumpliendo los tiempos normales que van de la presentación de la denuncia al inicio de los trámites. De esta manera, se abre un expediente sobre el que se lleva a cabo las testificales correspondientes. No hay motivo alguno para el archivo o sobreseimiento de la misma, pero la fundamentación de la crítica ha de demostrarse.

Además, está prevista una reunión entre una parte de la directiva de la JCF para tratar de conocer, analizar y/o apaciguar el malestar que aseguran tener los denunciantes.

Los miembros del jurado, consultados por este diario, han optado por no entrar en turno de réplica, además de asegurar que, efectivamente, ya eran conocedores de la existencia del escrito. La versión que tengan que dar (que se intuye sustancial o diametralmente contraria a los términos de la queja) será ante la delegación de Incidencias, a donde tendrán que acudir para dar su versión de los hechos -en este tipo de conflictos se cita a las partes-. Y que finalizarán con la resolución del mismo, sea con el archivo de la causa o abriendo expediente disciplinario. 

PRECEDENTE DE 2008

Existe un precedente sobre el cuestionamiento de la idoneidad de las acciones de los jurados, que no en la forma: en 2008 hubo denuncias contra el jurado que eligió a la fallera mayor (en aquella época había dos jurados para las dos cribas) por hacerlas ir a una discoteca teniendo que poner ellas, además, los coches. El expediente se resolvió sin sanción (apercibimiento o suspensión de la condición de fallero) por no estar tipificada la incorrección pero sí que se afeó públicamente la conducta del jurado (de cuatro de los cinco componentes). Y más importante, que ese tipo de "pruebas" en esas condiciones no volvieron a producirse.

La queja de los padres hace referencia a la forma de dirigirse a las niñas (por acción o por omisión) y que, siempre según su versión, era «inadecuada». Sustanciada en episodios como que « las 60 que no salgáis, pensad porqué no habéis salido»; que a los propios padres se les dijera que «ya había una lista de elegidas» o que uno de los valores para decantarse por unas u otras era que «no querían niñas prefabricadas». Ahora falta por determinar los matices de las declaraciones.

"Para que no se repita"

La parte denunciante ha señalado, en este sentido, que no se pretende cuestionar el veredicto de la Fonteta, sino visibilizar lo sucedido «para que estos hechos no se repitan y que se tomen las acciones pertinentes si así se considera oportuno por parte de la JCF». También se dirigieron a los padres de las electas para asegurarles que «para nada estamos en contra de la elección. Nuestra denuncia no está ahí, sino en las formas, que no son tolerables», por lo que les inciden en que el propósito es «exigir un trato educado, ético y responsable».

La jurisprudencia pone en duda que haya sanciones ni apercibimientos pero sí que puede propiciar un cambio en los mecanismos de la elección.