Una Crida de solidaridad y tradición

María Estela Arlandis y Marina García hicieron, por primera vez, un discurso al alimón, sin olvidar el incendio de Campanar ni la herencia 'festiva' heredada de los mayores

La Fallera Mayor interrumpió su intervención por fuego en una palmera

Vuelve a ver la Crida de las Fallas 2024

La Crida de 2024 ya es una página en la historia de las fiestas de la ciudad y este año se ha centrado en la solidaridad, la tradición y la herencia de los mayores como estandartes de unas fallas cada vez más internacionales, multitudinarias y celebradas. Una Crida que llega una semana después tras aplazarse por el incendio de Campanar y en la que, por eso, destacó la germanor del mundo fallero, los profesionales y al resto de la sociedad.

VÍDEO | Así se prendió una palmera durante la Crida 2024

Pilar Olaya

Puntual a las 19:40 horas de ayer, en las Torres de Serranos, un videomapping iniciaba la antesala a los parlamentos de la Fallera Mayor de València y la Fallera Mayor Infantil, María Estela Arlandis y Marina García. «Valencians, en peu, alcem-se» era el lema del audiovisual proyectado, que tomó prestado una frase del himno valenciano. La Fam Teatre fueron los responsables y destacaron la capacidad de un pueblo que renace —se recordó, por ejemplo, la riuà—; y los nuevos retos, como la capitalidad Verde Europea de 2024. Esto, y el incendio de Campanar, fueron las dos únicas referencias a la actualidad. Luego, el videomapping entró de lleno en el mundo fallero, haciendo un repaso a diferentes aspectos de la fiesta, como las bandas de música, la ofrena, los artistas... y el piromusical. Pero las fallas no serían lo que son sin la herencia de los mayores y esa pasión por la flama compartida con los pequeños.

Ese agradecimiento eterno es el que transmitieron las dos ‘embajadoras’ de la fiesta en sus discursos, siempre cómplices y atentas la una de la otra, a la par que emocionadas. Por primera vez, ambas representantes compartían al alimón el parlamento, íntegro en valenciano.

Una Crida de solidaridad y tradición

Una Crida de solidaridad y tradición / miriam bouiali. valència

La Fallera Mayor destacó que las fallas tienen cuatro estaciones y que se pueden vivir de muchas maneras, también «desde el amor de nuestros mayores». Emocionada, a ellos agradeció que de ellos «hemos heredado las tradiciones, que de sus manos hemos recibido su legado; ellos son nuestro verdadero Patrimonio y nosotros su mejor reflejo». «Su memoria será eterna», afirmó.

Por su parte, Marina García reivindicó que los niños y niños son «el presente» y quieren ser «parte de una fiesta que está más viva que nunca». «Queremos hacer un pacto con nuestros mayores y demostrar nuestro firme compromiso de dar continuidad a esta maravillosa fiesta que nos han ofrecido», apuntó en la misma línea que Arlandis. Asimismo, la Fallera Mayor Infantil tampoco olvidó el incendio: «Hay que enaltecer la solidaridad y germanor infinita que ha mostrado València hacia mi barrio. Hoy, más que nunca, Campanar en el corazón», dijo.

Sobre esto, María Estela destacó que València, «más que nunca, solo quiere que las únicas llamas presentes a nuestros barrios sean las de una falla el día de la Cremà».

Una Crida de solidaridad y tradición

Una Crida de solidaridad y tradición / miriam bouiali. valència

Como anécdota, la Fallera Mayor salió del paso a la perfección de la interrupción de su discurso, al incendiarse una palmera a la izquierda, provocando unos segundos de desconcierto general. La fallera mayor fue consciente de que algo sucedía y, tras dejar de hablar, retomó su discurso con un espontáneo y divertido «Som la ciutat de la flama eterna!». Citó a Ausiàs March y, después, en italiano, alemán, francés, chino e inglés, invitó a todo el mundo —literal— a descubrir la grandeza de las fallas.Antes, ambas falleras recibieron las llaves de la ciudad, de la mano de la alcaldesa María José Catalá, que estuvo arropada por el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón; y los concejales de su equipo. Tampoco faltó la oposición, aunque los focos los dejaron oscurecidos.

La oposición, oscurecida

La oposición, oscurecida / Eduardo Ripoll

Los trajes de la Crida se han convertido hace ya tiempo en la referencia indumentarística del año. María Estela Arlandis se decantó por un espolín de Compañía Valenciana de la Seda de nombre «San Francisco», en un color granate denominado «Garnet» confeccionado por Marian. El traje de Marina García lo ha hecho una firma de su barrio, Campanar: Segles. Con una seda «Covadonga» de color Azul Mediterráneo, también de Compañía Valenciana.