La Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas dice que la demora se debe a «una búsqueda infructuosa de plazas» y a que «no hay un centro específico en la provincia que pueda atender las necesidades de esta persona, según su diagnóstico». El departamento detalla los pasos que ha seguido para tratar de dar una solución a esta familia. En diciembre 2019, su hijo se da de baja del centro de día argumentando «renuncia», ya que su empeoramiento conductual hace imposible seguir llevándolo.

La conselleria consultó la posibilidad de integrarlo en dos (en Villar del Arzobispo y en Sueca), pero «no eran adecuadas al perfil». Algunas residencias «son reacias a acoger a usuarios con graves alteraciones conductuales que pongan en riesgo a otras personas», explican fuentes de Igualdad. De ahí que en dos ocasiones (mayo de 2019 y enero de 2020) dos centros denegaran acogerlo.

En enero del 2020 se ofreció a la familia, como explica Igualdad, la posibilidad de entrar en una residencia de Utiel «rechazando esta su progenitora por lejanía, en espera de otro recurso más cercano». Después de eso, ni Carmen ni Paco recibieron más comunicados. Igualdad remitió en abril de 2021 a la coordinación de centros del Institut Valencià d’Atenció Social-Sanitària (IVASS) el expediente para explorar más opciones y la respuesta concluyó que ninguno de los recursos eran adecuados porque no son específicos para las necesidades del hijo de Carmen, por lo que, al no poder atenderle de forma óptima, aconsejaban la derivación de su hijo «a un centro específico para personas con diagnóstico TEA, en el que pueda recibir el tratamiento requerido». Dos meses después, la familia interpuso una reclamación por demora en la adjudicación de plazas porque no sabían de aquella decisión.