En el primer aniversario del tiroteo en el cementerio de Torrent, que se saldó con dos muertes –un hombre de 45 y otro de 79–, la Policía Nacional ha decidido establecer un dispositivo especial, en colaboración con la Policía Local de este municipio, con presencia policial permanente de ambos cuerpos en las tres entradas del camposanto, para garantizar la seguridad de todos aquellos que se acerquen entre el 29 de octubre y el 1 de noviembre, con motivo de la festividad del día de Todos los Santos, a visitar las tumbas de su s difuntos. El objetivo, minimizar al máximo cualquier riesgo de que se reproduzcan nuevos altercados entre los clanes de los ‘Mone’, también conocidos como ‘Bocanegra’, y los ‘Marco’.

Aunque las fuentes consultadas por este periódico aseguran que se trata de medidas preventivas y que no existen informaciones de que haya ánimos de venganza por parte de la familia de uno de los fallecidos en el tiroteo, a principios de mes ya se emitió una orden desde la jefatura de Policía Nacional de Valencia para que la comisaría de Torrent coordine el citado operativo especial que comenzará el próximo sábado 29 de octubre y que se prolongará durante cuatro días.

Policías con armas largas e incluso detector de metales en las entradas al camposanto velarán para que nadie introduzca armas u objetos potencialmente peligrosos en el recinto. Asimismo los policías han recibidos órdenes de hacer cacheos a aquellas personas cuyo perfil pueda encajar con el de posibles familiares de los implicados en el tiroteo mortal de hace un año, tanto de los presuntos autores –en prisión provisional desde su detención el pasado mes de marzo– como del hombre al que asesinaron de dos disparos –uno de ellos por la espalda–. El segundo fallecido murió tras ser alcanzado por una bala perdida.

Los tres detenidos por el tiroteo, el presunto autor material y sus padres, están en prisión a la espera de juicio

Concretamente, según ha podido saber Levante-EMV, habrá tres agentes de la Policía Nacional permanentes en cada puerta, más una patrulla mixta –hombre y mujer– de la Policía Local de Torrent de apoyo en las tres entradas. Así se garantiza la presencia de al menos una mujer policía en cada entrada para proceder al cacheo de aquellas mujeres que también susciten algún tipo de sospecha. De hecho, los investigaciones apuntaron en su día que el arma de fuego utilizada en el tiroteo de hace un año pudo ser sacada del camposanto por una mujer 

También estarán en estado de alerta esos cuatro días, para actuar en caso de incidentes, varias dotaciones de la Unidad de Prevención y Respuesta (UPR) de la Policía Nacional que se desplazarían inmediatamente desde València. Todo ello con carácter preventivo, y según remarcan estas mismas fuentes, bajo la creencia de que no va a ser necesario ningún tipo de intervención activa de estas unidades.

Turnos para visitar a sus difuntos

Dada la gravedad de los hechos ocurridos el 1 de noviembre del pasado año, cuando miembros del clan de los ‘Mone’ dispararon contra la familia de un primo lejano de los ‘Marco’, completamente ajeno a las disputas entre ambos clanes, la policía ha optado por extremar al máximo las medidas de seguridad en el cementerio de Torrent durante estos cuatro días. 

Ambas familias habían establecido turnos para no encontrarse durante estas fechas señaladas a la hora de llevar flores a las tumbas de sus respectivos difuntos, a raíz de otro tiroteo con dos heridos ocurrido en febrero de 2016 en el barrio del Xenillet de Torrent. Así, los ‘Marco’, que no llegaron a ser condenados por los disparos tras alegar que la trifulca comenzó por un asunto tan banal como una flatulencia de un menor, y la posterior agresión a éste, solo podían acudir por la mañana, hasta las 12.00 horas, mientras que los ‘Mone’ tenían restringida la visita al camposanto por la tarde para evitar que coincidieran y que unos u otros cumplieran sus amenazas.

Sin embargo, estos últimos incumplieron el acuerdo verbal y esa mañana fueron armados al cementerio. Una simple mirada fue suficiente para hacer resurgir las rencillas. Ramón G. F. , alias ‘el Bobo’, su padre y su madre, fueron detenidos cuatro meses después en Puerto Llano (Ciudad Real), donde huyeron tras el doble crimen de Antón G., de 45 años, y José Luis P. M., un vecino de 79 alcanzado en el costado por una bala perdida.