Caos en la entrada y salida de un colegio de educación especial en Godella

Las obras del mirador del proyecto del anillo verde metropolitano provocan que los autobuses tengan que cortar la calle al dejar al alumnado y recogerlo por la tarde al menos media hora al día

El ayuntamiento puso una solución urgente que no se ha podido ejecutar y algunas familias denuncian "inseguridad" y malestar en sus hijos e hijas por esta situación

Salida del alumnado del centro con varios autobuses parados en medio de la calle

Salida del alumnado del centro con varios autobuses parados en medio de la calle / V.P.

Violeta Peraita

Violeta Peraita

Las obras que se están llevando a cabo entre la calle Pensamiento y Santa Teresa de Godella están causando problemas a la convivencia diaria de la zona, sobre todo en los horarios de entrada y salida de un colegio de educación especial ubicado entre esas dos vías. El proyecto que se inició en julio de 2023 ejecutará el mirador a la huerta y la conexión con la vía ciclopeatonal que va de Quart de Poblet hasta Massarrojos a la que se opone parte del vecindario y varias entidades. En un principio "las obras iban a ser durante el verano" pero a febrero de 2024 continúan en marcha y distorsionan el día a día de vecinos de la zona y familias del colegio, tal como aseguran fuentes consultadas por este diario.

¿Por qué? El espacio donde se ejecutan las obras, el final de la vía Pensamiento, es donde estacionaban los autobuses que dejan a las 9.30 de la mañana a los alumnos y los recogen a las 16.30. Ahora, al no poder acceder a esa zona la caravana de autobuses han de estacionar en medio de la calle, parando el tráfico y provocando "una situación de inseguridad para todos", denuncia una madre del centro.

Solución del ayuntamiento fallida

El consistorio puso una solución a esta situación colocando carteles en los que se prohibía aparcar en la calle Santa Teresa a la altura del colegio en las horas de entrada y salida del centro para facilitar el trámite de los autobuses, tal como confirma el alcalde del municipio, José María Musoles, pero varias familias y los propios conductores aseguran que los vecinos, no solo han arrancado los carteles, sino que han hecho caso omiso a la indicación.

El resultado es que la calle queda cortada dos veces al día, por la mañana y por la tarde. Y no bloquean la vía un minuto. Al ser un centro especial, los alumnos tienen necesidades concretas y movilidad más reducida, por lo que necesitan más tiempo para subir y bajar del vehículo.

Por eso, la vía queda cortada durante 15 minutos. Este periódico ha podido comprobar que a la salida, entre las 16:15 y las 16:30 este bloqueo sucede al recoger a la mayoría de alumnos del centro que vienen de otras pueblos. No hay mayor problema, más allá de la aparatosa operación, pero las familias aseguran que los conflictos se crean, sobre todo, por las mañanas.

"Los coches quedan parados hasta que todos los alumnos han bajado y a veces empiezan a pitar porque tienen prisa, lo que genera nerviosismo a los chicos y las chicas, muchos con hipersensibilidad. Si a ti te molestan los pitidos, imagina a este tipo de niños y niñas", señala Raquel, una de las madres. Esther, otra mamá del cole, asegura que esta situación "es super peligrosa". "Los coches y los autobuses se entaponan y si un niño sale corriendo puede haber cualquier accidente", apunta. Otro padre, preguntado a pie de calle por la situación asegura que aunque no lo sufre porque utiliza su vehículo particular, lo que se monta "es un follón".

Los conductores

La presidenta del AMPA, Isabel Giner, entiende que está situación puede causar molestias a familias, vecindario y conductores de los autobuses pero asegura que no le ha llegado ninguna queja de ninguna familia por el momento. "Hay que tener en cuenta que estos alumnos necesitan más tiempo para subir y bajar y eso ralentiza la entrada y la salida y provoca un tapón más grande", dice Giner. Esto provoca, admite, "situaciones de tensión", pero en su caso, "ninguna familia me ha transmitido nada".

Por su parte, los conductores de los autobuses, con los que ha podido hablar este periódico, aseguran que el operativo es complicado, pues han de coordinarse y hacer maniobras para caber en fila en la calle y al mismo tiempo generar las menos molestias posibles. Sin embargo, aseguran que por las mañanas se encuentran diariamente con conflicto. "Los alumnos necesitan su tiempo para subir y bajar y la gente es muy impaciente. Día a día surgen situaciones que ralentizan la entrada y la salida y se generan situaciones incómodas, porque los conductores bajan y se quejan por tardar tanto, pero nosotros solo hacemos nuestro trabajo", señalan. Mientras explican a Levante-EMV de qué manera se organizan para colocarse en fila, un vecino se incorpora a la conversación y también expresa su malestar por el retraso de las obras y la dilatación de esta situación. "Es un desastre", resume.

Retraso por "cuestiones de la constructora"

¿Por qué se están alargando tanto las obras? Según señala el alcalde del municipio, José María, Musoles, las obras que inicia el Consell estaban "poco consensuadas con los vecinos" y le consta que han presentado alguna queja. Sin embargo, el primer edil achaca el retraso a falta de suministro de la constructora en algún tipo de material necesario. "Esperemos que finalicen lo antes posible porque somos conscientes de las molestias del colegio y el vecindario hemos puesto todos los medios para minimizar este impacto", señala aludiendo a los carteles.

Sin embargo, el proyecto "poco consensuado con los vecinos" y en una zona de "tráfico saturada", los inconvenientes de circulación son una realidad. El primer edil admite que el consistorio ha recibido quejas de falta de estacionamiento y también sobre los inconvenientes del colegio de educación especial.

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