Los aviadores franceses caídos en la Guerra Civil esperan su exhumación en Chiva

Jean Bélaïdi y François Allot descansan en un nicho sin que nadie les haya reclamado. Uno de ellos fue derribado en Valdelinares y su muerte se llevó al cine. Los memorialistas buscan queFrancia reclame sus restos

André Malraux, en el medio, y Jean Bélaïdi, a la derecha, junto a una de las avionetas.

André Malraux, en el medio, y Jean Bélaïdi, a la derecha, junto a una de las avionetas. / L-EMV

Amparo Soria

Amparo Soria

La retahíla de historias apasionantes que derivan de la Guerra Civil es infinita.Gracias al trabajo de historiadores y memorialistas conocemos a cuenta gotas sucesos, nombres y lugares que ocurrieron hace casi 90 años. Entre ellos destaca la muerte de dos pilotos de aviación franceses caídos durante la contienda en 1937 y enterrados en un nicho del cementerio de Chiva, a la espera de ser rescatados o, al menos, dignificados. Son Jean Bélaïdi yFrançois Allot, que cruzaron de forma clandestina a España para luchar por la República liderados por el novelista, aventurero y político francés André Malraux, que se saltó la política de no intervención de Francia para combatir con los soldados que defendían el gobierno de Juan Negrín

Precisamente, los dos franceses caídos lucharon codo con codo con el hijo del presidente de la República.RómuloNegrín tenía su base en el aeropuerto de La Senyera, en Chiva, donde se instaló la escuadrilla francesa. De allí salían los aviones hacia el frente de Teruel, tanto los Polikarpov I-15 que usaba el ejército español junto con los bombarderos que logró traer Malroux. Sobre las montañas de Valdelinares, Bélaïdi fue derribado. 

De origen argelino, se nacionalizó francés en 1929 y se trasladó a París, donde se afilió al PartidoSocialista.Allí entró en contacto con personas como Malraux, y cuando estalló la guerra española, se saltaron la orden de no intervención del país galo para cruzar la frontera de forma clandestina. Era mecánico y ametrallador de cola, y el aparato en el que volaba fue atacado por tres cazas en 1937. Su entierro no quedó en el olvido ya que Malraux lo reprodujo en su novela «L’espoir», que después la llevó a la gran pantalla como «Sierra de Teruel».

De Allot, sin embargo, ha trascendido menos información. Murió en un accidente de camión y, como Bélaïdi, fue inhumado en Chiva y en el mismo nicho. Se desconoce por qué, pero todo apunta a que entre ambos hubo pocos días de diferencia al morir. Hasta 2014, sus nombres figuraban escritos sobre el yeso y difícilmente visibles. Carmen García, una vecina del municipio que trabajó de joven en la Senyera, se encargó de su cuidado, y más tarde se celebró un acto oficial donde se instaló una placa conmemorativa donde se puede leer claramente el nombre de los dos pilotos.

Matías Alonso y Carmen García, en 2014, cuando descubrieron la placa conmemorativa que se puso a los dos franceses.

Matías Alonso y Carmen García, en 2014, cuando descubrieron la placa conmemorativa que se puso a los dos franceses. / Rafa Claramunt

Buscar certezas

Matías Alonso, presidente del Grupo por la Recuperación de la Memoria Histórica, lamenta que este nicho siga sin ser investigado. «En la memoria histórica, todo son conjeturas hasta que se abre la fosa o la tumba», dice Alonso. Solo entonces se sabrá si hay dos hombres, si son los aviadores y qué sucedió. Alonso plantea introducir una pequeña cámara por un agujero de la lápida, sin necesidad de exhumar.

 Hasta ahora ningún familiar ha reivindicado nunca ni a Bélaïdi ni a Allot.Se desconoce cuál era su estado civil y si tenían descendencia o familia directa. Los intentos de Alonso porque elEstado francés recupere los cuerpos han sido en balde, pese a que el Instituto Francés de Valencia se interesó por la causa. Argelia, que en un principio sí mostró su disposición por su compatriota, abandonó cualquier pretensión al conocer que se había nacionalizado francés. Además, el memorialista apunta a que tal vez Francia no quiera rescatar a estos dos soldados por haber seguido las órdenes de Malraux, un disidente que ayudó a laRepública cuando el gobierno francés se puso de perfil.

Negrín, salvado tras caer en un árbol

Bélaïdi y Allot perdieron la vida durante la contienda: uno tras un combate aéreo y otro en un accidente.Sin embargo, el hijo del presidente de la República, Juan Negrín, cerca estuvo de perder a su hijo Rómulo en el mismo frente que lo hicieron los otros dos. 

Como el resto, su avión salió del aeropuerto de la Senyera y se dirigió hacia el frente de Teruel, donde fue derribado. Allí, según contó después, cayó encima de un árbol, por lo que pudo sobrevivir al impacto. Tardaron días en localizarle ya que Negrín estuvo escondido en la zona ya que pensaba que había caído en terreno de los nacionales, por lo que cada vez que veía a alguien se ocultaba en el bosque. Días después volvió a la base aérea con la cara arañada y con heridas menores. 

La anécdota la contó en 2014 CarmenGarcía, quien trabajó en las cocinas de la Senyera cuando este grupo de pilotos se estableció allí. Ella es la responsable de haber cuidado de la lápida de los soldados franceses durante años, y hoy en día son sus sobrinas quien han mantenido la tarea. El PSPV de Chiva y Matías Alonso celebraron un acto en su honor junto a la hija de Rómulo,Carmen Negrín, que visitó el cementerio de Chiva en un acto de memoria y dignidad hacia estos soldados casi anónimos.

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