Libre comercio

La cumbre del Mercosur cierra sin el acuerdo con la UE pero con la esperanza de una "pronta" resolución de las diferencias

El reproche de Luiz Inacio Lula da Silva tuvo un inequívoco destinatario, su colega francés, Emmanuel Macron. "Le pedí que dejara de ser tan proteccionista

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil.

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil. / EP

Abel Gilbert

Los presidentes de los países que integran el Mercosur, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia, flamante integrante de este espacio, expresaron el deseo de "alcanzar prontamente" el demorado pacto comercial con la Unión Europea. "En los pasados meses han tenido lugar avances considerables. Las negociaciones continúan con la ambición de concluir el proceso y alcanzar un acuerdo que sea mutuamente beneficioso para ambas regiones y que responda a las demandas y aspiraciones de sus respectivas sociedades", se señaló al cerrar la cumbre de Río de Janeiro. "En base a los avances realizados hasta el momento", añade el comunicado, las partes "esperan" lograr un entendimiento final "que se corresponda con la naturaleza estratégica de los lazos que vinculan a ambas partes y la crucial contribución que pueden ofrecer para tratar los desafíos globales en áreas tales como el desarrollo sostenible, la reducción de la desigualdad y el multilateralismo".

El esperado anuncio de un final feliz quedó para un próximo capítulo. "Me sorprende su falta de flexibilidad para entender que todavía tenemos mucho que crecer, tenemos el deber de industrializarnos. Y tenemos que ser flexibles para que nos compren algo con mayor valor añadido. Pero no son sensibles a eso". El reproche de Luiz Inacio Lula da Silva tuvo un inequívoco destinatario, su colega francés, Emmanuel Macron. "Le pedí que dejara de ser tan proteccionista. Todos son proteccionistas cuando se trata del mercado agrícola. No tienen en cuenta que podemos participar en este mercado soleado, extraordinario", dijo el mandatario brasileño.

Otro de los aspectos de la discordia, reconoció, es el de las compras estatales. "La cuestión de la contratación pública es muy importante para que un país se desarrolle. No pudimos abrirnos como ellos querían". Brasil es reacio a que las empresas europeas compitan en las licitaciones brasileñas. El Gobierno argentino saliente comparte ese criterio, pero seguramente no será un impedimento para el ultraderechista Javier Milei. Con el cambio de autoridades en Argentina, las conversaciones para reanimar el acuerdo estarán otra vez en la agenda de ambos bloques.

Esfuerzos de último momento

"Conversé con todos, los países del Mercosur y de la UE. Como nunca antes en la historia", dijo Lula al abandonar la presidencia temporal del espacio que comparte Brasil con sus vecinos. Admitió que llegó a convenir con la presidente de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, invitar a la cumbre en la ciudad maravillosa a los negociadores europeos para que despejaran sus dudas. No pudo ser, pese a los esfuerzos del mandatario brasileño y su colega español, Pedro Sánchez.

"Mi lema es no rendirse nunca. Porque no hay nada que nos sea imposible realizar, ni siquiera este intento de acuerdo con la Unión Europea. Lleva 23 años, pero tenemos que seguir intentándolo", señaló Lula.

Pero no solo se adjudica el fracaso a Macron sino al argentino Alberto Fernández, quien se negó a avalar el acuerdo a pesar de los pedidos en la dirección contraria de las patronales agropecuarias e industriales de su país. Para el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) es "clave" que el Mercosur profundice su integración económica global "ante un contexto internacional cambiante y desafiante". Fernández consideró no obstante que los términos del pacto en las actuales condiciones agravan las asimetrías entre ambos bloques, especialmente en lo que respecta a las exportaciones de alimentos y manufacturas. El Mercosur exportó productos agroindustriales a la UE unos 21.827 millones entre 2018 y 2022.

La cuestión ambiental

París, en tanto, insistió en sus exigencias ambientales a sus potenciales socios sudamericanos y prohibir que la UE importe productos que sean consecuencia de la deforestación. A la vez, ha propugnado que el Mercosur incorpore las reglas del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Brasil y Argentina creen que Sudamérica no puede marchar a la misma velocidad que lo estipulado en el Pacto Verde europeo. El pasado sábado, Macron calificó de "obsoleto" el acuerdo suscrito en 2019. "Se negoció hace 20 años y lo hemos intentado remendar, de mala manera, porque no tiene en cuenta ni la biodiversidad ni el clima". Un día después, el comisario europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis, desistió de viajar a Río de Janeiro.

"Cada uno, cuando ocupa la presidencia, la ocupa con muchas ganas de hacer muchas cosas. Y luego nos damos cuenta de que no todo sale como queremos. Pero el hecho concreto es que estamos avanzando", dijo Lula sobre las expectativas que se fijó al encabezar por seis meses al Mercosur. Paraguay asume la presidencia temporal del bloque y ya avisó que sus prioridades estarán en buscar otros horizontes comerciales.