Tras la guerra en Gaza

¿Por qué Irán ha atacado Pakistán, Irak y Siria? 5 claves de la tensión creciente entre los vecinos de Teherán

Protesta en Islamabad contra el bombardeo iraní en territorio de Pakistán.

Protesta en Islamabad contra el bombardeo iraní en territorio de Pakistán. / EFE

Adrià Rocha Cutiller

Desde el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre y la posterior guerra de Israel contra GazaIrán ha estado protagonizando y fomentando ataques contra posiciones israelíes y estadounidenses por todo Oriente Próximo. No solo en Israel Palestina sino, también, en el mar Rojo, Siria, Irak y el LíbanoTeherán, sin embargo, se ha cuidado de no verse arrastrada directamente a la guerra contra sus dos enemigos acérrimos: Tel Aviv y Washington. Para hacerlo, el régimen de los ayatolás se sirve mayormente de sus aliados en la región.

El Eje de la Resistencia

Durante las últimas dos décadas, Teherán se ha creado un paraguas de milicias regionales con las que luchar indirectamente contra sus rivales. Así, Irán ha intentado tener un rol y una silla en casi todos los conflictos de Oriente Próximo, sin verse directamente arrastrada a ser un actor declarado en las guerras de la región

Los nombres son varios y, todos, juntos, conforman el llamado Eje de la ResistenciaHizbulá en el Líbano, la Yihad Islámica Hamás en Palestina, las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) en Irak y Siria y los rebeldes hutíes en Yemen. Desde el inicio de la guerra en Gaza, tanto las FMP como los hutíes han estado lanzando ataques con drones y morteros constantes, casi diarios, contra posiciones o cargueros estadounidenses. Estos ataques han provocado la reacción de Washington, que ha respondido con bombardeos contra estas milicias en Irak y contra los hutíes en Yemen.

Una potencia regional con pies de barro

Con sus milicias afines, Irán ha intentado marcar perfil en todo Oriente Próximo, y posicionarse como uno de los estados más importantes e influyentes de la región. De hecho, el autor de esta política expansionista no fue otro que Qasem Soleimaní, el antiguo comandante de las Fuerzas Quds, el cuerpo de inteligencia militar de élite de Irán en el extranjero. Soleimaní fue asesinado por EEUU en enero de 2020.

Hay más: Irán sigue enriqueciendo uranio con el objetivo de crear una bomba nuclear y, según la Agencia Internacional para la Energía Nuclear (AIEN), Teherán ya posee uranio enriquecido al 60%. A partir del 90% se puede crear ya un explosivo atómico

Pero todo esto tiene consecuencias. La economía iraní vive desconectada de la mayor parte del mundo, y es atizada por las sanciones occidentales reimpuestas por Donald Trump cuando el republicano estaba aún en la Casa Blanca. A pesar de su cada vez mayor peso internacional, el régimen de los ayatolás vive discutido en el interior de Irán, y sobrevive gracias a la enorme represión contra cualquier atisbo de disidencia. La República Islámica, por ejemplo, solo pudo sofocar las protestas masivas, hace un año, por la muerte de la joven Mahsa Aminí, con paramilitares en las calles y condenas a muerte contra más de una decena de manifestantes.

Tensión y disrupción en Oriente Próximo

Fuera de las fronteras de Irán, mientras, la presión aumenta. Irán y sus milicias aliadas —en este caso, siempre a través de los hutíes de Yemen— han conseguido perturbar seriamente el tránsito de buques de mercancías a través del canal de Suez, uno de los puntos claves del mundo para el comercio marítimo internacional. Ahora, la mayoría del comercio entre Asia y Europa bordea el cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, lo que supone aumentar en 10 los días de navegación.

Este miércoles, el ministro de Exteriores iraní, Husein Amirabdollahian avisó de que las crisis y acciones militares "de resistencia" en toda la región no pararán hasta que Israel no termine con su ofensiva en Gaza, que se ha cobrado la vida de casi 25.000 civiles palestinos desde octubre, según las cifras del Ministerio de Sanidad del enclave palestino, en manos de Hamás.

Ataques, respuestas y contrarrespuestas

Para Irán, todo cambió el pasado 3 de enero, cuando el Estado Islámico (EI) atacó la ceremonia de recuerdo de Qasem Soleimaní, en el cuarto aniversario de su muerte. Dos explosiones en la ciudad de Kerman, de donde era Soleimaní y donde están enterrados sus restos, causaron la muerte de 84 personas, y obligaron a Teherán a sentirse con la necesidad de responder directamente, sin la intermediación de sus milicias afines. 

Desde el inicio de la ofensiva israelí contra Gaza y hasta entonces, Irán no había protagonizado ningún ataque contra otro país de la región. En la última semana, sin embargo, todo ha cambiado: en tres días, Teherán ha lanzado tres ataques con misiles balísticos, contra el EI en el norte de Siria, contra una supuesta base de espionaje israelí en el norte de Irak, y contra una milicia insurgente baluchí en el oeste de Pakistán. A este último ataque contra Pakistán, Islamabad ha respondido durante la madrugada de este jueves con varios ataques aéreos contra otra milicia baluchí, pero dentro de territorio iraní. 

Según los expertos, estos bombardeos iraníes no buscan expandir el conflicto de Gaza hasta el punto de que Irán tenga que participar militarmente, algo que Teherán teme, sino que tienen como objetivo principal mostrarle a la población iraní que la República Islámica responde a los ataques que recibe.

Sin límites

Las palabras y la retórica, sin embargo, van en aumento. "Irán respeta la soberanía y la integridad territorial de los demás países, pero insistimos en que no reconocemos ningún límite a la hora de defender nuestra seguridad", ha dicho este jueves el ministro de Defensa iraní, Mohammadreza Ashtiani. "No nos importa de dónde venga la amenaza. Responderemos a cualquier ataque contra Irán. Y nuestra respuesta será siempre decidida, proporcionada y dura", ha añadido.

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